Champú para cabello graso: guía completa de selección
- Kiki Lemos
- hace 14 minutos
- 16 Min. de lectura
Por qué tu cabello produce grasa (y no es culpa tuya)
Si alguna vez te has sentido frustrada por tener un pelo que parece sucio a las pocas horas de lavarlo, respira hondo: no estás sola y, lo más importante, no es tu culpa. Piensa que tu cuero cabelludo tiene unas pequeñas productoras de aceite llamadas glándulas sebáceas. Su función es fabricar sebo, una grasa natural que protege e hidrata tu melena. En condiciones ideales, estas glándulas trabajan a un ritmo equilibrado.
Sin embargo, en el caso del cabello graso, estas productoras están trabajando a destajo, generando más sebo del necesario. Es esta sobreproducción la que provoca esa sensación pesada y apelmazada que intentas combatir con un buen champú para cabello graso.
Los culpables silenciosos de la sobreproducción de sebo
Aunque la genética juega un papel importante, existen varios factores externos que pueden alterar el ritmo de producción de estas glándulas sebáceas. Comprenderlos es el primer paso para encontrar una solución real y duradera, en lugar de un simple parche temporal.
Estos desencadenantes suelen actuar en combinación, creando un ciclo que puede ser difícil de romper:
Cambios hormonales: La pubertad, el ciclo menstrual, el embarazo e incluso la menopausia pueden causar fluctuaciones hormonales que ordenan a las glándulas sebáceas aumentar su producción.
Estrés y estilo de vida: ¿Semanas de mucho trabajo o presión? El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que también puede estimular la producción de grasa.
Factores ambientales: La contaminación urbana no solo afecta a tu piel, sino también a tu cuero cabelludo. Las partículas se acumulan y pueden obstruir los folículos, empeorando el problema.
Uso de productos inadecuados: A veces, en el afán de controlar la grasa, usamos productos tan agresivos que eliminan por completo los aceites naturales. Como respuesta, el cuero cabelludo produce todavía más sebo para compensar, un fenómeno conocido como "efecto rebote".
Reconocer estos factores es clave. De hecho, la creciente conciencia sobre cómo el entorno afecta al cuidado personal ha impulsado la demanda de soluciones específicas. En España, aunque los champús para cabello normal y anticaspa siguen siendo los más populares, el segmento de champús para cabello graso está creciendo. Este aumento refleja una preocupación directa por el impacto del estrés y la polución en la salud capilar. Puedes obtener más información sobre las tendencias del mercado en este detallado estudio del sector.
Saber si tu problema tiene una base genética o es situacional te ayudará a tomar mejores decisiones, desde ajustar tu rutina hasta considerar un diagnóstico capilar profesional para entender las necesidades profundas de tu cuero cabelludo. Descubre más sobre la importancia de un buen diagnóstico en nuestro artículo sobre salud capilar óptima.
Ingredientes que realmente controlan la grasa capilar
Descifrar la etiqueta de un champú para cabello graso puede parecer que estás en una clase de química avanzada, pero es mucho más sencillo de lo que crees. En lugar de dejarnos llevar por promesas publicitarias, la clave está en convertirnos en detectives de ingredientes, buscando componentes que de verdad regulen la producción de sebo sin provocar el temido efecto rebote. Un buen champú no solo limpia; educa a tu cuero cabelludo para que recupere su equilibrio.
Para elegir los ingredientes adecuados, primero hay que entender por qué se produce el exceso de grasa. El siguiente gráfico resume los factores principales que contribuyen a este problema.
Como puedes ver, la solución va más allá de lavar el pelo. Se trata de atajar las causas desde varios frentes, y uno de los más importantes son los ingredientes que aplicamos directamente sobre nuestro cuero cabelludo.
Los héroes de la formulación
No todos los ingredientes para el cabello graso son iguales. Algunos son limpiadores potentes, otros son reguladores suaves y otros tienen propiedades calmantes. El secreto de un buen producto está en la combinación equilibrada de ellos. Aquí tienes una lista de los más eficaces:
Ácido salicílico: Este betahidroxiácido (BHA) funciona como un exfoliante químico. Disuelve el exceso de sebo y las células muertas que taponan los folículos pilosos. Imagínalo como un desatascador suave para los poros de tu cuero cabelludo, permitiéndole respirar mejor.
Arcillas (Caolín, Bentonita): Actúan como auténticas esponjas naturales que absorben la grasa y las impurezas sin ser agresivas. Su acción purificante deja el cabello con una sensación de ligereza y más volumen. Su capacidad de absorción es tan alta que son un ingrediente estrella en muchos champús en seco.
Zinc PCA: Este compuesto no solo ayuda a regular la actividad de las glándulas sebáceas a largo plazo, sino que también tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a mantener un cuero cabelludo sano y libre de irritaciones.
Extractos botánicos astringentes: Ingredientes como el extracto de árbol de té, el romero o la menta cumplen una doble función. Por un lado, ayudan a controlar la grasa gracias a sus propiedades astringentes y, por otro, dejan una sensación de frescor muy agradable.
Los ingredientes que debes evitar
Tan importante como saber qué buscar es identificar qué componentes pueden estar saboteando tus esfuerzos por controlar la grasa. Algunos ingredientes crean una falsa sensación de limpieza o suavidad, pero a la larga solo empeoran el problema.
Los principales culpables suelen ser las siliconas pesadas (como la dimeticona) y ciertos aceites minerales. Estos ingredientes crean una película sobre el cabello y el cuero cabelludo. Aunque al principio pueda parecer que dan brillo, en realidad atrapan la grasa y la suciedad, haciendo que el pelo se apelmace más rápido. Este efecto de acumulación te obliga a lavar el pelo con más frecuencia, a menudo con productos más agresivos, lo que perpetúa el ciclo de sobreproducción de sebo.
Para ayudarte a tomar la mejor decisión, hemos creado esta tabla comparativa. Te servirá de guía rápida para identificar los ingredientes que te convienen y los que es mejor mantener lejos de tu ducha.
Ingrediente | Beneficio/Problema | Concentración recomendada | Efectividad |
---|---|---|---|
Ácido salicílico | Beneficio: Exfolia y limpia los poros en profundidad. | 0.5% - 2% | Alta |
Arcillas (Caolín, Bentonita) | Beneficio: Absorben el exceso de sebo e impurezas. | 1% - 5% | Alta |
Zinc PCA | Beneficio: Regula la producción de sebo a largo plazo. | 0.5% - 1% | Moderada a Alta |
Extracto de árbol de té | Beneficio: Astringente y antimicrobiano natural. | 0.5% - 2% | Moderada |
Siliconas pesadas (Dimeticona) | Problema: Crean acumulación y apelmazan el cabello. | N/A (Evitar) | Perjudicial |
Aceites minerales | Problema: Obstruyen los poros y atrapan la suciedad. | N/A (Evitar) | Perjudicial |
Sulfatos agresivos (SLS/SLES) | Problema: Pueden causar irritación y efecto rebote. | N/A (Evitar) | Perjudicial |
En resumen, leer las etiquetas con atención es tu mejor defensa contra estos saboteadores silenciosos. Optar por fórmulas con ingredientes reguladores y purificantes, y evitar aquellos que solo ofrecen una solución superficial, marcará la diferencia en la salud y apariencia de tu cabello.
Cómo encontrar tu champú ideal según tu cabello específico
Creer que existe un único champú para cabello graso que funciona para todo el mundo es como pensar que un solo par de zapatos sirve para correr, ir de fiesta y estar en casa. La realidad es que cada cabello graso tiene sus propias particularidades, y dar con el producto perfecto implica conocer tus necesidades concretas. Un pelo fino y graso no tiene los mismos problemas ni reacciona igual que uno grueso y graso; aquí es donde la personalización se vuelve tu mejor aliada.
La clave está en observar la combinación única de las características de tu pelo. Por ejemplo, alguien con cabello fino y graso necesitará una fórmula que limpie en profundidad sin añadir peso, mientras que una persona con el pelo grueso y rizado buscará controlar el sebo en la raíz sin resecar las puntas.
Cabello fino vs. cabello grueso y graso
El cabello fino tiende a apelmazarse con una facilidad asombrosa. La más mínima cantidad de sebo extra lo deja lacio, sin vida y con un aspecto pesado. En este caso, el objetivo es encontrar un champú que ofrezca una limpieza profunda pero ligera, que ayude a dar volumen y no deje ningún tipo de residuo. Busca fórmulas con ingredientes como las arcillas o los extractos cítricos, que absorben la grasa sin resultar agresivos.
Por otro lado, el cabello grueso puede tolerar fórmulas un poco más intensas. El reto aquí es limpiar de manera eficaz el cuero cabelludo, que a menudo tiene una mayor densidad de folículos, pero sin deshidratar la fibra capilar. Un champú con ácido salicílico puede ser una gran opción para exfoliar el cuero cabelludo, combinado con agentes hidratantes ligeros que mantengan el equilibrio.
Cabello liso vs. cabello rizado y graso
Imagina el cabello liso como un tobogán. El sebo se desliza sin obstáculos desde la raíz hasta las puntas, haciendo que todo el pelo parezca graso en muy poco tiempo. Por esta razón, la frecuencia de lavado suele ser mayor. El champú perfecto para este tipo de pelo debe limpiar eficazmente en el uso diario, pero siendo lo suficientemente suave para no provocar un efecto rebote.
El cabello rizado, en cambio, presenta un desafío muy particular: las raíces pueden ser muy grasas mientras que las puntas están secas y deshidratadas. La forma en espiral del rizo impide que el sebo natural llegue fácilmente a los extremos. En este escenario, necesitas un champú que se centre en purificar el cuero cabelludo sin eliminar la hidratación esencial que tus rizos necesitan para estar definidos y sanos.
Esta búsqueda de equilibrio ha impulsado una clara tendencia hacia productos con ingredientes de origen natural. La demanda de fórmulas que aporten frescor y volumen sin resecar está creciendo. Un ejemplo es el champú Natura Siberica Organic, con un precio de unos 11 euros, que utiliza activos naturales para equilibrar el cuero cabelludo. Esto refleja una preferencia general en España por soluciones efectivas y asequibles, como se detalla en este análisis del sector de los champús.
Recuerda que también es importante adaptar tu elección a factores como la estación del año o cambios en tu rutina. En verano, es posible que necesites un champú más purificante, mientras que en invierno podrías optar por uno que equilibre la grasa sin resecar el cuero cabelludo por el frío.
Técnicas de lavado que multiplican los resultados
Tener el champú para cabello graso perfecto es solo la mitad de la batalla; la otra mitad se gana con una técnica de lavado impecable. Imagina que tu cuero cabelludo es como un jardín delicado. Si lo riegas con demasiada fuerza o con el agua equivocada, puedes dañar las raíces. Del mismo modo, un lavado incorrecto puede sabotear los beneficios de tu champú, estimulando la producción de grasa en lugar de controlarla.
Adoptar unos simples ajustes, inspirados en los secretos de los estilistas profesionales, puede transformar por completo la salud y apariencia de tu pelo.
La temperatura y el masaje: tus aliados secretos
El primer error común es usar agua demasiado caliente. Aunque puede ser muy agradable, el calor extremo sobreestimula las glándulas sebáceas, lo que provoca un efecto rebote indeseado. La temperatura ideal es el agua tibia, que es lo suficientemente cálida para abrir la cutícula y disolver la suciedad y el sebo, pero sin agredir el cuero cabelludo. Para el enjuague final, un chorro de agua fría ayudará a sellar la cutícula, aportando un extra de brillo y control.
El masaje es otro punto clave. Es fundamental evitar frotar con agresividad o usar las uñas. En su lugar, utiliza las yemas de los dedos para masajear suavemente el cuero cabelludo con movimientos circulares. Este gesto no solo limpia de manera eficaz, sino que también estimula la circulación sanguínea sin sobreactivar la producción de sebo.
Frecuencia y doble lavado: la estrategia ganadora
La pregunta del millón es: ¿con qué frecuencia debo lavarme el pelo? La respuesta varía según tu tipo de cabello y tu estilo de vida. Sin embargo, una técnica que marca una diferencia notable es el doble lavado.
Primer lavado: Aplica una pequeña cantidad de champú y concéntrate exclusivamente en el cuero cabelludo. Este primer paso se encarga de eliminar la mayor parte de la grasa, la suciedad y los residuos de productos. Es normal que no haga mucha espuma.
Segundo lavado: Con el cuero cabelludo ya más limpio, la segunda aplicación de champú generará más espuma. Esto permite que los ingredientes activos de tu champú regulador penetren y actúen con mayor eficacia. Enjuaga abundantemente con agua tibia y finaliza con un toque de agua fría.
Esta técnica asegura una limpieza profunda que mantiene el cabello fresco por más tiempo, permitiéndote espaciar los lavados gradualmente. Si notas que tu cabello se engrasa a las pocas horas de lavarlo, prueba esta rutina. Verás cómo, con el tiempo, tu cuero cabelludo recupera su equilibrio natural.
El mercado español de champús especializados
Para dar con el champú para cabello graso perfecto, es de gran ayuda entender el panorama actual. El sector del cuidado capilar en España es un espacio muy activo, donde las marcas no solo compiten por captar nuestra atención, sino que también se esfuerzan por responder a las necesidades concretas de los consumidores. Comprender este contexto te convierte en un comprador más informado, capaz de distinguir una innovación real de una simple táctica publicitaria.
Innovación y tendencias en España
Las marcas que triunfan en el mercado español no lo consiguen por casualidad. Dedican recursos a estudiar los hábitos y preocupaciones locales, como el efecto de la vida urbana o la dieta mediterránea en la salud de nuestro pelo. Este conocimiento se refleja en el desarrollo de productos con fórmulas que abordan directamente estos factores. Por ejemplo, la inclinación hacia ingredientes de origen natural y sostenible no es una moda pasajera; es una respuesta directa a la demanda de los consumidores españoles, que valoran cada vez más la transparencia y la eficacia de los extractos botánicos.
Además, la especialización es cada vez mayor. Ya no es suficiente con un solo champú genérico para cabello graso. Ahora encontramos gamas diseñadas para cabello graso y fino, teñido o con cuero cabelludo sensible. Esta diversificación demuestra un verdadero compromiso con la investigación y el desarrollo, mucho más allá de las tendencias superficiales.
Gigantes del mercado y un crecimiento constante
El mercado europeo de champús, en el que se incluye España, está en plena expansión. De hecho, se prevé un crecimiento sostenido con una tasa anual compuesta del 4,1 % entre 2024 y 2029. Este dato es muy revelador, ya que indica una mayor demanda de productos especializados, como el champú para cabello graso, por parte de consumidores más informados y exigentes. Grandes empresas como L'Oreal SA, Procter & Gamble y Unilever lideran este sector, impulsando la innovación para mantenerse en la cima. Puedes descubrir más detalles sobre las proyecciones y los actores principales en este análisis del mercado europeo de champús.
Entender este contexto te da poder para tomar decisiones más acertadas. Cuando una marca lanza un nuevo producto, puedes analizar si realmente responde a una necesidad del mercado o si solo se sube al carro de una tendencia. Esta visión crítica es tu mejor aliada para encontrar soluciones que de verdad funcionen para ti.
Construyendo una rutina capilar que funciona a largo plazo
Un excelente champú para cabello graso es la pieza central de tu arsenal, pero su verdadero poder se desata cuando se integra en una rutina de cuidado completa. Imagina que tienes un chef de primera; su talento brillará mucho más si cuenta con los mejores ingredientes y herramientas. De la misma manera, tu champú necesita el apoyo de otros productos y hábitos para ofrecerte resultados que perduren.
El objetivo final es crear un ecosistema capilar equilibrado, donde cada elemento trabaje en armonía para mantener la grasa bajo control, en lugar de luchar contra tus esfuerzos.
Productos que complementan, no que sabotean
Además del champú, los productos que eliges para tu día a día son fundamentales. Una rutina de apoyo eficaz debería incluir:
Acondicionadores ligeros: Es un mito que el cabello graso no necesita hidratación. El truco está en elegir acondicionadores sin siliconas pesadas ni aceites densos. Aplícalos únicamente de medios a puntas, manteniéndolos lejos de la raíz. Así nutres las partes más secas de tu melena sin añadir peso ni estimular la producción de sebo en el cuero cabelludo.
Mascarillas purificantes: Una vez a la semana o cada quince días, una mascarilla con ingredientes como la arcilla o el carbón activado puede ser tu mejor aliada. Funciona como un tratamiento de "limpieza profunda" para el cuero cabelludo, absorbiendo el exceso de grasa y las impurezas que tu champú diario podría no eliminar por completo.
Productos de peinado inteligentes: Busca espumas que aporten volumen, protectores de calor sin aceites y champús en seco de calidad. Estos productos te ayudarán a lograr el peinado que buscas sin dejar residuos que apelmacen el cabello y hagan que la grasa aparezca antes de tiempo.
El estilo de vida como pilar fundamental
Tu cabello es un reflejo directo de tu bienestar general. Factores como la alimentación, el estrés y la actividad física tienen un impacto notable en la salud de tu cuero cabelludo. Una dieta rica en alimentos procesados y grasas saturadas puede potenciar la producción de sebo, mientras que el estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que influye directamente en la actividad de las glándulas sebáceas. Integrar una alimentación equilibrada y técnicas para gestionar el estrés son pasos clave que refuerzan la eficacia de cualquier tratamiento tópico.
Este enfoque integral es tan importante que está impulsando un mercado en constante crecimiento. A nivel mundial, se prevé que el mercado de champús supere los 53,75 mil millones de dólares para 2034, con un crecimiento anual del 3,45%. La arraigada cultura del cuidado personal en España es un motor importante de esta tendencia. Puedes profundizar en estas proyecciones del mercado consultando este informe de la industria.
Por último, no subestimes los pequeños detalles. Cambiar la funda de la almohada por una de seda o satén reduce la fricción y la absorción de aceites. Limpiar tus cepillos con regularidad evita que la grasa y los residuos de productos vuelvan a tu pelo. Estos hábitos, combinados con una rutina bien diseñada, te ayudarán a mantener un pelo sano y equilibrado a largo plazo.
Verdades y mentiras sobre el cabello graso
En el universo del cuidado capilar, los mitos sobre el cabello graso son tan persistentes como numerosos. Estas creencias, a menudo heredadas de generación en generación o leídas en internet, pueden estar saboteando tus esfuerzos por conseguir un cabello equilibrado y saludable. Es hora de separar la ficción de la realidad con la ciencia como nuestra guía, para que puedas tomar decisiones informadas sobre el uso de tu champú para cabello graso.
Mitos comunes a examen
Uno de los mitos más extendidos es que lavar el pelo a diario empeora la producción de grasa. La realidad es que la producción de sebo está controlada principalmente por factores hormonales y genéticos, no por la frecuencia con la que te lavas el pelo. Si tu cuero cabelludo produce un exceso de grasa, limpiarlo diariamente con un champú suave y adecuado es la mejor forma de mantenerlo sano y libre de acumulaciones que pueden obstruir los folículos.
Otro gran error es pensar que el cabello graso no necesita hidratación. Este mito lleva a muchas personas a evitar por completo los acondicionadores, lo que puede ser contraproducente. Imagina que el sebo es como el aceite que se concentra en la raíz, pero las puntas, especialmente en melenas largas, suelen estar deshidratadas y necesitan nutrición. La solución no es eliminar la hidratación, sino aplicarla de manera inteligente: usa un acondicionador ligero solo de medios a puntas, manteniéndolo lejos del cuero cabelludo.
La verdad sobre los productos "naturales"
La creencia de que "los champús naturales siempre son mejores" también necesita algunos matices. Si bien muchos ingredientes botánicos son excelentes reguladores (como el árbol de té o la arcilla), la etiqueta "natural" no garantiza la eficacia por sí sola. Un champú para cabello graso bien formulado, incluso con ingredientes sintéticos probados como el ácido salicílico, puede ofrecer resultados superiores a una fórmula natural mal diseñada. Lo importante es la calidad y la combinación de los ingredientes, no únicamente su origen.
Para ayudarte a navegar por el mar de información, hemos creado una tabla que enfrenta los mitos más comunes con la evidencia científica.
Mito popular | Realidad científica | Consecuencias del mito | Recomendación correcta |
---|---|---|---|
Lavar el pelo a diario lo engrasa más. | La producción de sebo es hormonal y genética. Un lavado frecuente y suave elimina el exceso de sebo sin estimular una mayor producción. | Acumulación de sebo, suciedad y residuos, lo que puede provocar irritación, caspa e incluso obstrucción folicular. | Lava el cabello siempre que lo sientas sucio, utilizando un champú específico para cabello graso que sea respetuoso con el cuero cabelludo. |
El cabello graso no necesita acondicionador. | El sebo se concentra en las raíces, pero los medios y puntas pueden estar secos y quebradizos. Necesitan hidratación. | Puntas abiertas, cabello deshidratado, encrespamiento y rotura, mientras la raíz sigue grasa. El aspecto general del cabello empeora. | Aplica un acondicionador de fórmula ligera únicamente de medios a puntas, evitando siempre el contacto directo con el cuero cabelludo. |
Los champús "naturales" son siempre superiores. | La eficacia de un champú depende de su formulación completa, no solo del origen de sus ingredientes. Algunos activos sintéticos son muy eficaces. | Usar un producto natural mal formulado puede ser ineficaz o incluso irritante, sin solucionar el problema de la grasa. | Elige productos basándote en ingredientes clave con eficacia probada (sean naturales o no), como ácido salicílico, arcilla, ortiga o Zinc PCA. |
Como puedes ver, aferrarse a estos mitos puede empeorar el estado de tu cabello en lugar de mejorarlo. Entender la ciencia detrás del cuidado capilar es el primer paso para elegir los productos y rutinas que de verdad funcionan.
Romper con estas ideas preconcebidas es fundamental para liberar el verdadero potencial de tu melena. Si quieres profundizar en cómo puedes gestionar eficazmente la grasa, te recomendamos leer nuestros consejos sobre cómo quitar el pelo graso, donde encontrarás estrategias prácticas respaldadas por la ciencia.
Tu estrategia personalizada para el cabello perfecto
Saber qué causa el cabello graso y qué ingredientes funcionan es solo la mitad de la batalla. Ahora toca transformar todo ese conocimiento en un plan de acción concreto para conseguir una melena sana y equilibrada. No se trata de seguir una dieta capilar estricta, sino de aprender a darle a tu cabello justo lo que necesita para prosperar.
Paso 1: Autoevaluación honesta de tu cabello
El primer paso es entender cuál es tu punto de partida. Coge un cuaderno o abre una nueva nota en tu móvil y responde con sinceridad a estas preguntas. Piensa en ello como un mapa personal, no como un examen:
¿Con qué frecuencia sientes la necesidad de lavarte el pelo? Anota el número de días o incluso horas.
¿Dónde se concentra la grasa? ¿Es solo en las raíces o se extiende rápidamente hacia los medios y las puntas?
Más allá de la grasa, ¿cómo es tu pelo? Descríbelo: ¿fino, grueso, liso, rizado, teñido, con las puntas secas?
¿Qué productos estás usando ahora mismo? Haz una lista que incluya champú, acondicionador, mascarillas y cualquier producto de peinado.
Esta autoevaluación te dará una imagen clara y precisa de tus necesidades. Por ejemplo, si tienes el pelo fino y graso en la raíz, un champú para cabello graso que aporte volumen y no contenga sulfatos agresivos será tu mejor aliado. Si tu pelo es rizado con las puntas secas, necesitarás un producto que purifique la raíz sin deshidratar tus rizos.
Paso 2: Establece una rutina realista y sostenible
Con tu diagnóstico en mano, es hora de diseñar una rutina que realmente puedas seguir. Recuerda que la constancia es más importante que la perfección.
Elige tu champú principal: Basándote en tu tipo de cabello (fino, grueso, teñido) y en los ingredientes que hemos analizado, selecciona tu champú de uso regular.
Añade tratamientos complementarios: Decide si necesitas una mascarilla purificante (una vez a la semana es un buen punto de partida) o un acondicionador ligero (aplicado solo en las puntas en cada lavado).
Define tu frecuencia de lavado: Comienza con la frecuencia que tienes ahora. Si aplicas la técnica del doble lavado y usas los productos adecuados, notarás que puedes empezar a espaciar los lavados de forma gradual.
Paso 3: Seguimiento y ajuste de tu estrategia
El estado de tu cabello no es estático; cambia con las estaciones, el estrés o las fluctuaciones hormonales. Lo que te funciona de maravilla hoy podría necesitar un pequeño ajuste dentro de tres meses.
Lleva un registro sencillo: Cada dos semanas, anota cómo sientes el pelo. ¿Está más ligero? ¿Aguanta limpio más tiempo? ¿Las puntas se sienten hidratadas?
Sé flexible: Si notas que tu cuero cabelludo se reseca un poco en invierno, puedes alternar tu champú purificante con uno más suave y equilibrante. Si en verano sudas más, una mascarilla de arcilla semanal podría convertirse en tu mejor aliada.
Al seguir esta estrategia, te conviertes en el experto de tu propio cabello. Dejarás de ser una víctima de la grasa para convertirte en el arquitecto de una melena radiante y llena de vida.
En Mirik Beauty, sabemos que un cabello excepcional nace de un cuidado personalizado. Descubre cómo nuestros estilistas expertos pueden ayudarte a perfeccionar tu rutina y alcanzar tus objetivos capilares visitando nuestro salón de lujo.
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