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Cómo saber mi tipo de rostro: guía fácil y rápida

Saber qué tipo de rostro tienes no es una simple curiosidad. Es, en realidad, el punto de partida para sacarte el máximo partido, eligiendo cortes de pelo, gafas o técnicas de maquillaje que de verdad te favorecen. La clave está en observar tus propias proporciones, ver qué zonas son más anchas o estrechas y, a partir de ahí, tomar decisiones que potencien tu belleza natural.


Por qué conocer tu rostro es un antes y un después en tu estilo


Entender la forma de tu cara es ese secreto a voces que usan los estilistas profesionales para crear looks que funcionan de verdad. En lugar de seguir a ciegas las tendencias del momento, que no siempre sientan bien a todo el mundo, este conocimiento te da la libertad de adaptar cada elección a tus rasgos únicos.


Piénsalo un momento. ¿No sería genial entrar en la peluquería sabiendo exactamente qué tipo de flequillo va a equilibrar tus facciones o qué corte te dará volumen justo donde lo necesitas? Esa es la pequeña gran diferencia entre un corte de pelo bueno y uno que está hecho para ti.


La base para construir una imagen coherente


Comprender tu estructura ósea te da un control sobre tu imagen que pocas otras cosas te pueden ofrecer. Es un simple dato que influye en pequeñas decisiones diarias que, al final, son las que definen tu estilo personal.


  • Para tu pelo: Si tienes un rostro cuadrado, unas capas suaves pueden dulcificar tus ángulos. En cambio, si tu cara es más bien redonda, un poco de volumen en la coronilla creará un efecto visual de mayor longitud.

  • A la hora de maquillarte: Saber si tus pómulos son la parte más ancha (típico de un rostro diamante) o si tu frente es más prominente (como en el rostro corazón) te chiva dónde poner el colorete, el iluminador o cómo hacer el contouring.

  • Al elegir accesorios: Unas gafas, unos pendientes o hasta la forma del cuello de una camisa pueden equilibrar o descompensar tus facciones. Conocer tu tipo de rostro te ayuda a elegir piezas que crean armonía.


En el mundo de la belleza aquí en España, este es un conocimiento básico. Se suele hablar de formas como el rostro ovalado, alargado, cuadrado, redondo, rectangular y diamante. Curiosamente, la forma ovalada se considera la más equilibrada y es bastante común entre la población española. Si te apetece profundizar en estas clasificaciones, puedes encontrar información muy útil en el blog de Druni.


Conocer tu rostro no va de cambiar quién eres, sino de aprender a jugar tus mejores cartas. Es la base sobre la que se construye un estilo personal auténtico y que te haga sentir increíble.

La forma más fiable de medir las proporciones de tu cara



Vamos a dejarnos de apps que prometen el oro y el moro o de intentar adivinar a ojo. Si de verdad quieres saber cuál es tu tipo de rostro, no hay nada como el método de toda la vida. Es preciso, rápido y solo necesitas un par de cosas que seguro tienes por casa: una cinta métrica flexible (de las de costura), un espejo y algo para apuntar tus notas.


Antes de empezar, asegúrate de tener la cara completamente despejada. Recógete el pelo hacia atrás, aparta bien el flequillo si tienes, y ponte frente al espejo. La clave está en que nada nos distraiga de los puntos clave que vamos a medir. ¡Vamos al lío!


Las 4 medidas clave que necesitas tomar


Este sistema se basa en cuatro mediciones principales que, al compararlas, nos darán el mapa exacto de tus proporciones faciales.


  • Primero, la frente. Coge la cinta y mide la parte más ancha. Por lo general, este punto se encuentra a mitad de camino entre las cejas y donde empieza el pelo. Mide de un lado al otro, sin más.

  • Ahora, los pómulos. Palpa tus mejillas hasta encontrar la parte que más sobresale, normalmente justo debajo del rabillo de cada ojo. Esa es la distancia que queremos medir: de pómulo a pómulo, pasando por encima de la nariz.

  • Tercero, la mandíbula. La medida de la mandíbula tiene un pequeño truco. Empieza midiendo desde el extremo de la barbilla hasta el punto donde la mandíbula gira hacia arriba, más o menos un par de centímetros por debajo del lóbulo de la oreja. Apunta esa cifra y multiplícala por dos. Ya tienes el ancho total.

  • Y por último, el largo total del rostro. Esta es fácil. Coloca la cinta en el centro de la línea del cabello y bájala en línea recta hasta la punta de la barbilla.


Apúntate bien estas cuatro cifras, porque son el secreto para todo lo que viene después. Con estos números en mano, podremos comparar y, por fin, identificar tu forma de rostro sin lugar a dudas. Dominar esto es un paso fundamental, no solo para el maquillaje, sino también para acertar de lleno al elegir entre los mejores tratamientos capilares, asegurando que el resultado final te favorezca al máximo.

Cómo interpretar tus medidas y encontrar tu forma


Bien, ya tienes tus cuatro números sobre el papel. Ahora empieza lo interesante: jugar a ser detective con tu propia cara. Olvídate de fórmulas matemáticas complejas; interpretar estas cifras es mucho más intuitivo de lo que parece. Se trata de comparar unas medidas con otras para descubrir el patrón que define la estructura única de tu rostro.


Lo primero es lo primero: compara el largo total de tu rostro con el ancho de tus pómulos. ¿Son medidas muy parecidas o una es claramente más grande que la otra? Esta simple relación ya te da una pista enorme. Si el largo y el ancho son casi idénticos, es probable que tu rostro tienda a ser redondo o cuadrado. Por el contrario, si tu cara es notablemente más larga que ancha, seguramente te inclines más hacia una forma ovalada, rectangular o alargada.


Analizando las proporciones clave


Ahora vamos a afinar un poco más. Fíjate en los tres anchos que has medido: frente, pómulos y línea de la mandíbula. La clave está en cómo se relacionan entre sí. Hazte estas preguntas: ¿cuál de los tres es el más ancho? ¿Y el más estrecho?


Para que te hagas una idea visual, este gráfico te ayudará a entender cómo interactúan estos tres puntos clave.



Al ver las barras, puedes identificar de un vistazo qué rasgo es el protagonista en tu estructura facial. Este es un paso fundamental para dar con tu tipo de rostro.


La forma de tu mandíbula es la última pieza del puzle. ¿Es suave y con una curva continua, o es más bien angulosa y marcada? Una mandíbula suave y redondeada es típica de rostros redondos u ovalados. En cambio, una mandíbula fuerte y con ángulos definidos es la seña de identidad de los rostros cuadrados.


Un consejo de experto: es muy raro encajar al 100% en una sola categoría. La mayoría tenemos una mezcla de características. No te frustres si no cuadra a la perfección. La clave es identificar la forma dominante, aquella que describe mejor tus proporciones generales.

Para que puedas unir todas las piezas, he preparado una tabla resumen. Es una guía de referencia rápida para que compares tus resultados y encuentres la descripción que mejor encaja contigo.


Guía de referencia para identificar tu tipo de rostro


Compara tus medidas con las características clave de cada forma facial para un autodiagnóstico rápido y preciso.


Tipo de Rostro

Relación Largo y Ancho

Rasgo Más Ancho

Forma de la Mandíbula

Ovalado

El largo es aproximadamente 1,5 veces el ancho.

La frente es ligeramente más ancha que la mandíbula.

Suave y ligeramente curva.

Redondo

El largo y el ancho son casi iguales.

Los pómulos.

Redondeada y suave.

Cuadrado

El largo y el ancho son casi iguales.

Frente, pómulos y mandíbula tienen un ancho similar.

Fuerte, ancha y angular.

Corazón

El largo es mayor que el ancho.

La frente es el rasgo más ancho.

Estrecha y puntiaguda.

Diamante

El largo es mayor que el ancho.

Los pómulos son el rasgo más destacado.

Estrecha y puntiaguda.

Alargado

El largo es notablemente mayor que el ancho.

Frente, pómulos y mandíbula son de ancho similar.

Puede ser redondeada o angular.


Usa esta tabla como tu "chuleta" final. Al cruzar tus 4 mediciones con estas descripciones, deberías tener una idea muy clara de cuál es tu forma de rostro predominante.


Pon en práctica lo que has aprendido con consejos de estilo a tu medida



Bien, ya has hecho el trabajo de campo y tienes el mapa de tu rostro. Ahora viene lo más entretenido: usar este conocimiento para sacarte el máximo partido. Comprender si tu cara es redonda, cuadrada o diamante te da una ventaja enorme para elegir con intención y crear un look que refleje armonía y equilibrio.


Aquí es donde la teoría cobra vida. Cada tipo de rostro tiene sus propios "aliados" de estilo que pueden suavizar, definir o equilibrar tus rasgos naturales. La idea es jugar con las proporciones para dirigir la mirada y resaltar lo que más te gusta de ti.


Y no te creas que eres la única persona en esto. Un estudio de TERMIX reveló un dato interesante: el 40 % de los adultos en España ya saben identificar la forma de su cara. Por ejemplo, el rostro redondo, que se da en casi un 22 % de la población, se ve genial con cortes que le aportan estructura. De hecho, el 60 % de las personas con esta forma facial se decantan por peinados rectos o con capas desfiladas para alargar visualmente sus facciones. Si quieres cotillear más sobre esto, puedes echar un vistazo a su análisis de peinados y rostros.


Estilismo para rostros con ángulos marcados


Si tus medidas te han llevado a la conclusión de que tienes un rostro cuadrado o diamante, el objetivo principal suele ser suavizar esas líneas más definidas para conseguir una apariencia más fluida y delicada.


  • Para el rostro cuadrado: Esa mandíbula potente es tu rasgo distintivo. Para equilibrarla, prueba con peinados de ondas suaves o capas largas que caigan alrededor de la cara. Unas gafas de sol o de ver con forma redonda u ovalada también crearán un contraste estupendo.

  • Para el rostro diamante: Aquí los protagonistas son tus pómulos. Lo ideal es aportar algo de volumen en la frente y la barbilla. Un corte bob justo a la altura del mentón o un flequillo cortina son opciones fantásticas que te sentarán de maravilla.


Un consejo de experto: La clave no está en esconder tus ángulos, sino en complementarlos. Se trata de crear curvas visuales, ya sea con el pelo o con los accesorios, para balancear esa estructura ósea tan bonita que tienes.

Consejos para rostros de contornos más suaves


En el caso de los rostros redondos y ovalados, las estrategias de estilo van por otro camino: o bien buscamos añadir algo de definición o, simplemente, jugamos a favor del equilibrio que ya existe.


  • Para el rostro redondo: El truco del almendruco es crear una ilusión de verticalidad. Los cortes con volumen en la coronilla, la raya a un lado y el pelo largo y liso son tus mejores bazas. Si usas gafas, las monturas rectangulares o con formas geométricas te darán ese punto de definición que buscas.

  • Para el rostro ovalado: ¡Enhorabuena! Te ha tocado la lotería de las formas faciales, ya que es la más versátil. Te queda bien casi todo, así que tienes libertad total para experimentar. Desde un atrevido corte pixie hasta una melena extralarga, tu estructura equilibrada lo aguanta todo. Si necesitas ideas, pásate por nuestra guía de peinados tendencia.


Al final del día, saber cómo saber mi tipo de rostro es el punto de partida para que tus decisiones de estilo sean mucho más conscientes y acertadas. Se trata de que cada elección te haga sentir espectacular y, sobre todo, muy tú.


No te olvides de tu perfil: el secreto para un look 360º



Hemos hablado mucho de cómo nos vemos de frente, pero la verdadera clave para dominar tu estilo personal está en tener una visión completa, de 360 grados. Tu perfil, esa silueta que se revela cuando te miran de lado, contiene información valiosísima para lograr una armonía total en tu imagen.


Entender la alineación entre tu frente, nariz y mentón te da un poder de decisión casi profesional. La idea no es buscar "corregir" nada, sino potenciar y equilibrar tus rasgos naturales.


Los 3 perfiles faciales que debes conocer


Generalmente, los perfiles se pueden agrupar en tres categorías básicas. Cada una tiene su encanto y sus propios trucos de estilismo. Identificar el tuyo es mucho más fácil de lo que parece.


  • Perfil recto: Es el más equilibrado. Si trazas una línea imaginaria, la frente y el mentón quedan prácticamente alineados en la misma vertical.

  • Perfil cóncavo: Aquí, la frente y la barbilla sobresalen ligeramente, creando una sutil curva hacia adentro en el centro del rostro, como si la cara se recogiera un poco.

  • Perfil convexo: En este caso, la frente suele estar más retraída y el mentón se inclina hacia atrás. Esto hace que la zona central, especialmente la nariz, sea el punto más prominente.


Conocer tu perfil te permite jugar con volúmenes y formas de manera estratégica. Por ejemplo, si tienes un perfil convexo, un peinado con algo de volumen en la coronilla puede hacer maravillas, ya que crea una línea visual que compensa la inclinación de la frente y el mentón.

En España, los estudios de morfología facial son bastante detallados. De hecho, según algunos análisis, el perfil facial convexo está presente en aproximadamente un 18% de la población de ciertas zonas urbanas, siendo una de sus características esa diferencia de proporciones en el tercio inferior del rostro. Si te interesa el tema, puedes leer más sobre los tipos de perfiles faciales y su impacto.


Cuando combinas este conocimiento con la forma de tu rostro (ovalado, cuadrado, etc.), tus decisiones de estilismo suben de nivel. Desde el corte de pelo hasta la montura de tus gafas, este pequeño detalle es uno de esos secretos que marcan la diferencia en cualquier servicio de peluquería profesional.


Resolviendo las dudas más comunes al analizar tu rostro



Sé que al llegar a este punto, después de medir y comparar, siempre quedan algunas preguntas en el aire. Es completamente normal. Vamos a despejar esas dudas finales para que tengas total confianza en tu análisis.


¿Y si mi cara no encaja perfectamente en ninguna categoría?


¡Tranquila, es lo más normal del mundo! La realidad es que la mayoría de nosotras tenemos una mezcla de dos o incluso más tipos de rostro. Lo importante no es obsesionarse con encontrar una etiqueta perfecta. La clave está en descubrir cuál es tu forma dominante.


Imagina que tus medidas te dicen que tu rostro es principalmente ovalado, pero notas que tu mandíbula tiene un ángulo algo más marcado, con un toque cuadrado. En ese caso, tu guía principal serán los consejos para rostros ovalados. Sin embargo, puedes tomar prestado un truco de los rostros cuadrados y optar por peinados con capas suaves cerca de la barbilla para suavizar esa línea. Se trata de jugar con las características, no de encajar en un molde.


¿La forma de mi rostro cambia si subo o bajo de peso?


Tu estructura ósea es la base de todo, y esa no cambia. Por tanto, tu tipo de rostro fundamental seguirá siendo el mismo a lo largo de los años.


Lo que sí varía con el peso o simplemente con el paso del tiempo es la distribución de la grasa en la cara y la firmeza de la piel. Estos cambios pueden hacer que tus rasgos parezcan más suaves o, al contrario, más definidos. Por eso el método manual que hemos explicado es tan valioso: te ayuda a identificar la estructura ósea que hay debajo, sin importar estos cambios más superficiales.


Las apps que analizan tu rostro con una foto pueden ser divertidas, pero su fiabilidad es, como poco, cuestionable. El método manual, basado en tus propias medidas, siempre será infinitamente más preciso que un algoritmo genérico.

¿Por qué en las fotos me veo tan diferente?


No es tu imaginación, es un fenómeno conocido como "distorsión de la lente". El tipo de cámara, el ángulo y la luz pueden cambiar drásticamente cómo se ven tus proporciones.


Los selfies son el ejemplo perfecto. Al hacer la foto tan de cerca, la lente tiende a exagerar lo que tiene más próximo, haciendo que la nariz parezca más grande y la frente más ancha. Por eso es crucial hacer el análisis mirándote de frente en un espejo, sin inclinar la cabeza y con una buena iluminación. Esa es tu imagen más real.



En mirik beauty estamos convencidas de que conocerte a ti misma es el primer paso para realzar esa belleza que te hace única. Ahora que ya sabes identificar tu tipo de rostro, el siguiente paso es dejar que nuestros estilistas expertos diseñen un look que te haga brillar. Descubre una experiencia de lujo y atención personalizada en nuestra web.


 
 
 

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