Guía definitiva sobre cómo vestir bien mujer
- Kiki Lemos
- 23 jul
- 17 Min. de lectura
Vestir bien es mucho más que seguir las últimas tendencias; es una forma de expresión, una conversación silenciosa entre quién eres por dentro y cómo te muestras al mundo. El secreto no reside en un armario a rebosar ni en gastar una fortuna. La clave está en tres pilares que he visto funcionar una y otra vez: conocerte de verdad, apostar por la calidad y aprender a jugar con la versatilidad de tus prendas.
Los secretos para empezar a vestir con confianza
A menudo, la idea de "vestir bien" se confunde con la obligación de adoptar cada nueva moda que vemos en las pasarelas o en las redes sociales. Pero el estilo auténtico, ese que te hace sentir segura y poderosa, nace de un lugar mucho más íntimo. Se trata de entender qué ropa encaja con tu día a día, con tus gustos y, sobre todo, con tu personalidad.
En lugar de caer en la trampa de acumular ropa que solo te pones una vez, el verdadero cambio llega cuando empiezas a construir una relación más consciente con tu armario. Esto implica invertir en prendas bien confeccionadas que no solo resisten el paso del tiempo, sino que elevan cualquier look al instante, por muy sencillo que sea.
La calidad como pilar del estilo
Lo notas al instante. Un tejido de buena calidad tiene una caída diferente, mantiene su forma y su color lavado tras lavado, y transmite una sensación de cuidado y elegancia. Un blazer bien estructurado o unos vaqueros con el corte perfecto pueden hacer maravillas por tu silueta y, lo más importante, por tu confianza.
Este enfoque en la calidad, además, está muy conectado con una mentalidad más global y consciente. La sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en un factor clave a la hora de vestir bien. De hecho, un estudio reciente de YouGov revela que para el 50 % de los consumidores españoles es importante comprar ropa producida de forma ética y ecológica. Esto no es una moda pasajera, es un cambio real.
"Olvídate de las compras por impulso. Cada pieza de tu armario debe tener un propósito y, sobre todo, hacerte sentir increíble. Esa es la verdadera esencia de vestir bien."
La versatilidad es tu mejor aliada
Aquí es donde reside la magia de un armario funcional. Un buen fondo de armario es tu herramienta más poderosa, y se construye con prendas clave que combinan fácilmente entre sí. Esto te permite crear infinidad de atuendos con un número limitado de piezas. Hablamos de esa camisa blanca impecable, un pantalón negro de corte perfecto o un abrigo clásico que nunca pasa de moda.
Estas prendas son como un lienzo en blanco sobre el que puedes pintar con tu personalidad: añade accesorios llamativos, toques de color o alguna prenda de tendencia que te encante. Este es el primer paso para empezar a comprar y combinar de manera más inteligente. Si sientes que necesitas una guía más profunda para definir tu imagen desde cero, nuestro artículo sobre la asesoría de imagen personal puede transformar tu estilo hoy te será de gran ayuda.
Para que puedas empezar a aplicar estas ideas desde ya, he resumido los conceptos clave en esta tabla.
Tabla: Pilares para un estilo personal auténtico
Pilar Clave | Por qué es importante | Acción inmediata |
---|---|---|
Autoconocimiento | Tu ropa debe reflejar quién eres, no seguir ciegamente las tendencias. | Haz una lista de 3 adjetivos que definan tu estilo ideal (ej: cómoda, elegante, creativa). |
Calidad sobre cantidad | Las prendas bien hechas duran más, sientan mejor y elevan tu imagen al instante. | Antes de tu próxima compra, revisa la etiqueta y toca el tejido. Invierte en una prenda básica de buena calidad. |
Versatilidad | Un armario con piezas combinables te da más opciones con menos ropa. | Elige 5 prendas básicas de tu armario y crea 3 looks diferentes con ellas. |
Dominar estos conceptos te demostrará que vestir bien no es un don con el que se nace. Es una habilidad que, con un poco de práctica y la guía adecuada, cualquiera puede desarrollar y perfeccionar.
Cómo definir tu estilo personal sin ponerle etiquetas
Tu estilo es mucho más que la ropa que te pones cada día. Es tu firma, una manera de contarle al mundo quién eres sin decir ni una palabra. Y aquí está el secreto que realmente te enseñará cómo vestir bien: no se trata de meterte en una caja como "clásica", "bohemia" o "minimalista". El verdadero viaje es descubrir tu propia voz estética, ese hilo invisible que conecta todo lo que te hace sentir tú misma.
Claro, las etiquetas pueden servir de guía al principio, pero casi siempre se quedan cortas. ¿Te encanta la estructura de un buen blazer, pero también te mueres por la fluidez de un vestido boho? ¡Perfecto! No tienes por qué elegir. El objetivo es encontrar qué tienen en común todas esas piezas que te atraen y te hacen sentir poderosa.
El poder de un buen tablón de inspiración
Un ejercicio que siempre recomiendo y que es increíblemente revelador es crear un moodboard. Plataformas como Pinterest son fantásticas para esto, pero el truco no está en guardar solo outfits. La clave es ampliar la mirada para entender de verdad qué es lo que te inspira.
Prueba a guardar imágenes de todo lo que te llame la atención:
Decoración y arquitectura: ¿Te sientes más cómoda en espacios minimalistas y despejados o en rincones acogedores llenos de texturas y recuerdos?
Arte y fotografía: ¿Qué paletas de colores te atrapan? ¿Qué tipo de emociones te transmiten ciertas imágenes?
Cine y personajes: Piensa en esas protagonistas de película cuyo vestuario te parece icónico. ¿Qué historia cuenta su ropa?
Naturaleza: Los colores de un atardecer, la textura de la corteza de un árbol… A veces, la mejor inspiración cromática y de formas está ahí fuera.
Cuando ya tengas una buena colección, digamos unas 50-100 imágenes, tómate un café y siéntate a observarla. Busca los patrones. Quizás te des cuenta de que todo apunta a líneas limpias, colores neutros con un toque de azul marino. O puede que veas una y otra vez texturas ricas como la lana, el lino y la seda. Acabas de dar con las primeras pistas de tu ADN estético.
Una auditoría honesta de tu armario
Ahora, con esa visión más clara, vamos a abrir el armario. Toca ser sincera. Sácalo todo, absolutamente todo, y crea tres montones sin pensártelo demasiado. Confía en tu primer impulso.
Las que te hacen sentir increíble: Aquí van esas prendas que, al ponértelas, sientes que podrías comerte el mundo. Da igual si son unos vaqueros desgastados o un vestido de fiesta. La conexión es puramente emocional.
Las "por si acaso": El montón de las prendas que guardas por razones lógicas pero que no te dicen nada. Ese traje de una entrevista de hace cinco años, el jersey que "podría venir bien para algo".
Los "no sé en qué pensaba": Sé brutalmente honesta. Aquí va todo lo que compraste en un arrebato, porque estaba de rebajas o porque se lo viste a alguien y en ti, sencillamente, no funciona.
Este simple ejercicio es una auténtica epifanía. Las prendas del primer montón son el corazón de tu estilo. Míralas bien: ¿qué tienen en común? ¿El corte, el tejido, el color? Ahí tienes las claves para tus futuras compras.
El objetivo no es tener un armario a reventar, sino tener un armario que te represente al 100 %. Cada prenda debería ser una elección consciente que te dé confianza y te permita expresarte.
De la inspiración a la realidad de tu día a día
Con tu moodboard en una mano y las conclusiones de tu armario en la otra, ya puedes empezar a construir. Esto no va de salir corriendo a comprar un guardarropa nuevo, sino de tomar decisiones más inteligentes a partir de ahora.
Por ejemplo, si descubres que te fascina la mezcla de texturas, la próxima vez que necesites un jersey, en lugar de coger el básico de algodón de siempre, quizás busques uno de lana de ochos o de cashmere. Si tu tablón está lleno de tonos tierra y siluetas relajadas, sabrás que ese vestido negro ajustadísimo, por muy de moda que esté, probablemente no es para ti.
Al final, definir tu estilo es un proceso de autodescubrimiento. Es darte permiso para jugar, para mezclar y, sobre todo, para escuchar esa vocecita interior que sabe perfectamente qué te sienta bien. Cuando lo consigues, vestirte por la mañana deja de ser una tarea y se convierte en lo que siempre debió ser: un placer y una forma de expresión.
Elige prendas que celebren tu tipo de cuerpo
Hablemos claro: entender tu silueta no tiene nada que ver con esconderte o seguir "reglas" anticuadas. Todo lo contrario. Es una herramienta increíblemente útil para jugar con las proporciones y llevar la mirada justo a esas partes de tu cuerpo que más te gustan. La clave sobre cómo vestir bien mujer no está en la talla que marca la etiqueta, sino en dominar el arte del equilibrio visual y, sobre todo, en sentirte espectacular con lo que llevas.
Vamos a quitarnos de la cabeza esa idea de que ciertos cuerpos solo pueden usar ciertas prendas. Eso es pensar en pequeño. El enfoque real y liberador es entender cómo la ropa puede crear formas, alargar líneas y construir la silueta que a ti te apetece proyectar.
El juego de las proporciones y el equilibrio visual
El gran secreto de los estilistas profesionales no es un catálogo mental de qué prenda va con qué "tipo" de cuerpo. Su verdadero talento reside en saber manipular las proporciones para crear armonía. Y la buena noticia es que es una habilidad que tú también puedes aprender y empezar a usar ya mismo.
Piénsalo como si fueras una interiorista: usas colores, luz y la distribución de los muebles para que un espacio parezca más grande, acogedor o luminoso. Con la ropa, la lógica es exactamente la misma.
Por ejemplo, un pantalón de talle alto es un aliado fantástico. ¿Por qué? Porque al subir visualmente la cintura, da la sensación de que tus piernas son mucho más largas y estilizadas, algo que funciona de maravilla en casi todas las siluetas. Si además metes el top por dentro, el efecto se potencia, creando una línea vertical que alarga toda la figura.
"El objetivo no es disfrazar tu cuerpo, sino dialogar con él. Usa la ropa para contar tu historia, resaltar tu confianza y sentirte cómoda en tu propia piel."
Lo mismo ocurre con un buen escote. Uno en pico, por ejemplo, es ideal para estilizar el cuello y los hombros, atrayendo la atención hacia arriba y alargando el torso. No es una regla inamovible, es simplemente una herramienta más en tu caja.
La influencia de los tejidos y las texturas
Nunca, nunca subestimes el poder de los materiales. La forma en que una tela cae, se mueve y refleja la luz tiene un impacto brutal en cómo se ve tu figura. Cada tejido tiene su propia personalidad y puede añadir o restar volumen dependiendo de cómo lo uses.
Tejidos fluidos: Piensa en la seda, el satén o el crepé. Se deslizan por el cuerpo sin marcar en exceso, dibujando líneas suaves y muy elegantes. Una falda de seda con una buena caída se mueve contigo de una forma completamente distinta a una vaquera rígida, aportando una fluidez y sofisticación únicas.
Tejidos estructurados: Materiales con cuerpo, como el tweed, la lana gruesa o una buena tela vaquera, son geniales para crear formas definidas. Funcionan a la perfección en un blazer que marca los hombros o en un pantalón recto que crea una línea impecable de arriba abajo.
Texturas que añaden volumen: ¿Quieres crear curvas o equilibrar proporciones? Juega con texturas como el punto grueso, el terciopelo o los volantes. Añaden interés y, sí, también volumen donde tú quieras. Por ejemplo, una falda con volantes puede dar más presencia a las caderas para equilibrar unos hombros más anchos.
Telas que minimizan: Por el contrario, los tejidos lisos, oscuros y mate tienden a absorber la luz, creando un efecto más estilizado. Por algo un pantalón negro de corte perfecto y buena caída es un básico de armario universal.
Adaptando la ropa a ti y no al revés
Este es uno de los mayores mitos sobre vestir bien: creer que tienes que encontrar ropa que te quede como un guante directamente de la percha. La realidad es muy distinta. La mayoría de nosotras nos beneficiamos enormemente de pequeños retoques. Una visita a una costurera de confianza puede convertir una prenda que te queda "bien" en una que parece hecha a medida para ti.
Ajustes clave que marcan la diferencia:
El largo del pantalón: Un bajo a la altura correcta, dependiendo del calzado que uses, transforma por completo el look y alarga las piernas de forma espectacular.
Entallar la cintura: ¿Cuántas veces una chaqueta o un vestido nos queda bien de hombros pero ancho en la cintura? Entallar esa zona define la silueta al instante y crea una forma de reloj de arena súper favorecedora.
Acortar las mangas: Las mangas de una chaqueta o camisa deberían terminar justo en el hueso de la muñeca. Ese pequeño ajuste hace que toda la prenda se vea mucho más cuidada y de mayor calidad.
Recuerda, la idea no es cambiar tu cuerpo para que encaje en la ropa. Es hacer que la ropa trabaje para tu cuerpo, que es único y maravilloso. Al centrarte en el equilibrio, jugar con los tejidos y no tener miedo a unos pequeños arreglos, descubrirás una nueva confianza. Te darás cuenta de que puedes ponerte casi cualquier cosa; el secreto siempre está en el cómo.
Construye un fondo de armario funcional e inteligente
¿Te suena la escena? Abres el armario de par en par y, a pesar de estar lleno, sientes que no tienes nada que ponerte. Esa es la paradoja de tener mucha ropa, pero pocas prendas que de verdad funcionen juntas. La solución no está en comprar más, sino en comprar mejor. Se trata de crear un fondo de armario inteligente: una selección de piezas clave y atemporales que son la base perfecta para cualquier look que se te ocurra.
El objetivo es sencillo: pasar del caos y la indecisión a un sistema práctico donde cada prenda te encanta y tiene un propósito. Hablamos de ese blazer que te sienta como un guante, esos vaqueros que podrías llevar a diario o esa camisa blanca de corte impecable. Con estas piezas, entender cómo vestir bien mujer deja de ser un agobio y se convierte en algo creativo y, sobre todo, fácil.
El primer paso: la auditoría de tu armario
Antes de lanzarte a las tiendas, hay que hacer un trabajo de campo en casa. Este ejercicio, más que una tarea, es liberador. Tómate una tarde tranquila, vacía por completo tu armario y clasifica cada prenda en tres montones: "me lo quedo", "dudas" y "fuera".
Para que funcione, tienes que ser sincera contigo misma. Si algo lleva más de un año sin salir del armario, es muy probable que no lo vayas a usar más. El montón de "me lo quedo" es tu punto de partida, tu mina de oro. Obsérvalo bien: ¿qué colores, cortes y tejidos se repiten? Ahí tienes las pistas de tu verdadero estilo, las que te guiarán para hacer compras inteligentes en el futuro.
Los básicos imprescindibles: la columna vertebral de tu estilo
Una vez que has hecho limpieza, es el momento de ver qué te falta. Un fondo de armario sólido se apoya en prendas versátiles, de buena calidad, que aguantan el paso del tiempo y las modas. No necesitas una lista interminable, solo las piezas adecuadas.
Algunos de esos básicos que nunca fallan son:
Un blazer bien cortado: Idealmente en un color neutro como negro, azul marino o camel. Es mágico cómo eleva al instante un simple look de vaqueros y camiseta.
Vaqueros de calidad: Lo más importante es que encuentres un corte que favorezca tu cuerpo y en el que te sientas tú misma. Un buen par de jeans es la base para infinidad de combinaciones.
Una camisa blanca de algodón o seda: Es un auténtico lienzo en blanco. Te sirve igual para ir a la oficina que para una cena con amigas.
Un jersey de punto bueno: Un básico en gris, beis o negro es una de esas piezas que agradeces tener cuando llega el frío. Aporta calidez y un toque de elegancia sin esfuerzo.
Un pantalón de vestir negro: Busca un corte clásico, como un recto o un palazzo. Son increíblemente versátiles; quedan igual de bien con zapatillas que con tacones.
"Un armario funcional no se mide por su tamaño, sino por su versatilidad. Menos prendas, pero más inteligentes, equivalen a infinitas posibilidades de estilo."
El e-commerce ha cambiado por completo la forma en que compramos. En España, el gasto medio en moda online ya supera los 225 euros por persona, siendo el calzado el gran protagonista. Redes como Instagram son ahora un escaparate infinito para coger ideas y aprender a combinar estos básicos, influyendo directamente en cómo las mujeres definen su estilo.
Planifica tus looks para ganar tiempo y confianza
Tener un fondo de armario bien pensado te simplifica la vida. Muchísimo. Dedicar unos minutos el domingo a visualizar los conjuntos de la semana te puede ahorrar una cantidad de estrés increíble por las mañanas y te asegura salir de casa sintiéndote genial.
Como ves en el esquema, la clave es pensar primero en tus planes de la semana y, a partir de ahí, construir los looks usando tus básicos como cimientos. Luego, solo tienes que añadir los accesorios y las prendas de acento para darles tu toque personal.
Organizarte así no solo es práctico, sino que te ayuda a exprimir al máximo tu ropa y a descubrir combinaciones que ni se te habían ocurrido. Y recuerda, un buen look siempre se remata con un peinado que lo acompañe. Si buscas ideas, no te pierdas nuestra guía con los 9 cortes de pelo de mujer modernos que triunfarán para encontrar esa inspiración final.
El arte de combinar colores y estampados: tu guía definitiva
El color es mucho más que un simple detalle. Piensa en él como tu arma secreta: tiene el poder de transformar tu estado de ánimo, elevar un look al instante y cambiar la forma en que te perciben los demás. Aprender a combinarlo te abrirá un mundo de posibilidades, quitándote ese miedo a experimentar para que puedas crear conjuntos que realmente hablen de ti.
Mucha gente se intimida con la teoría del color, pensando que es algo muy técnico, pero la realidad es mucho más intuitiva de lo que crees. El truco para empezar a dominar este arte es construir tu propia paleta personal. Esta paleta será tu guía, una mezcla equilibrada entre tonos neutros que te dan versatilidad y toques de color que reflejan tu personalidad.
Tu paleta de colores personal: la base de todo
Imagina tu paleta personal como la banda sonora de tu estilo. Para empezar a construirla, lo primero es identificar tus neutros favoritos, esos colores de fondo de armario que van bien con casi todo.
Los neutros de siempre: Hablamos del negro, blanco, gris, beis, azul marino o camel. Son el cimiento sólido sobre el que se construye cualquier armario funcional.
Neutros con un "algo" más: Aquí entran tonos como el verde oliva, el burdeos o el marrón chocolate. Funcionan como neutros, pero aportan un toque de sofisticación y un interés visual que los clásicos no siempre tienen.
Una vez que tengas clara tu base de neutros, es el momento de elegir entre dos y cuatro colores de acento. Estos son los tonos que te hacen sentir bien, que te iluminan y te sacan una sonrisa. Pueden ser pasteles suaves, tonos joya intensos o colores vivos y llenos de energía. La clave es que estos acentos se puedan mezclar tanto entre ellos como con tus neutros, multiplicando tus opciones al vestir.
De hecho, una de las tendencias más fuertes ahora mismo es precisamente esa fusión entre lo vibrante y lo sereno. Colores audaces como el azul pavo real, el verde pistacho y el fucsia están por todas partes, pero siempre anclados con neutros para crear looks equilibrados y ponibles. Esta mezcla es genial porque hace que las prendas sean mucho más adaptables, como puedes ver si exploras las tendencias de moda que dominarán en 2025.
La regla de oro para mezclar estampados sin miedo
Sé que los estampados pueden intimidar, pero combinarlos es mucho más fácil de lo que parece si sigues una regla de oro: si comparten al menos un color, es muy probable que funcionen juntos. Este hilo conductor cromático es lo que crea armonía visual y consigue que la mezcla se vea intencionada y no un caos.
Pongamos un ejemplo práctico. Tienes una blusa de flores con pinceladas de azul, blanco y verde. Podrías combinarla sin dudarlo con una falda de rayas azules y blancas. ¿Ves? El azul compartido actúa como un puente que une las dos prendas de forma coherente.
No temas probar combinaciones que a priori parecen atrevidas, como lunares con rayas o flores con un sutil animal print. Créeme, la confianza con la que lleves la mezcla es tan importante como la combinación en sí misma.
Combinaciones inesperadas que sí funcionan
Si quieres ir un paso más allá y jugar a ser estilista, prueba a mezclar con la escala de los estampados. Un truco infalible es combinar un estampado de gran formato con otro más pequeño y discreto.
Ejemplo 1: Una falda de flores grandes queda genial con una camiseta de rayas finitas. La diferencia de tamaño evita que los estampados compitan entre sí por la atención.
Ejemplo 2: Un pantalón de cuadros Príncipe de Gales (un estampado pequeño y denso por naturaleza) con un pañuelo de lunares grandes. El contraste de escala crea un look súper dinámico y muy chic.
Al final, dominar el color y los estampados es cuestión de práctica y de perder el miedo a equivocarse. Empieza poco a poco, introduciendo un nuevo color en tus looks o probando una combinación de estampados sencilla. Verás cómo, con el tiempo, te sentirás mucho más segura para crear estilismos únicos que son 100% tú.
Eleva cualquier look con los accesorios correctos
Piensa en los accesorios como la guinda del pastel de tu look. Son ese toque final que, bien elegido, tiene el poder de transformar un conjunto de arriba abajo. Algo tan simple como una camiseta blanca y unos vaqueros puede contar historias muy distintas dependiendo de los complementos. Con unas zapatillas, es un look de fin de semana; con unos tacones y un collar potente, estás lista para cenar fuera. ¿Y con sandalias y un pañuelo de seda? El aire bohemio está servido.
Saber cómo vestir bien como mujer pasa, sí o sí, por entender el arte de los accesorios. Y no, no se trata de ponerse todo lo que tienes, sino de elegir con intención. Un cinturón bien colocado, por ejemplo, es un truco infalible: puede marcar tu figura y crear esa silueta de reloj de arena al momento, incluso con prendas más sueltas como un vestido camisero.
La regla del tercer elemento: el secreto de las estilistas
Hay un truco que las expertas en moda usan casi sin pensar: la "regla del tercer elemento". Es muy sencillo. Consiste en añadir siempre una pieza extra a tu combo básico de dos prendas (como un pantalón y un top) para que el conjunto gane en profundidad y personalidad.
Ese tercer elemento puede ser casi cualquier cosa:
Una chaqueta o un blazer que estructure el look.
Un sombrero o una gorra con un toque especial.
Unas gafas de sol que no dejen indiferente a nadie.
Un pañuelo de seda, ya sea atado al cuello, en la muñeca o en el asa de tu bolso.
Esta pequeña capa adicional es lo que muchas veces separa un conjunto correcto de un estilismo de esos que se quedan en la retina.
La clave de la elegancia no está en cuántos accesorios llevas, sino en el impacto que consiguen. Un buen par de pendientes o un bolso de calidad dicen mucho más de ti que diez piezas de bisutería sin alma.
Invierte en piezas que cuenten tu historia
No hace falta que tus cajones rebosen de complementos. Al igual que ocurre con el fondo de armario, la jugada más inteligente es invertir en unas pocas piezas clave de buena calidad que te acompañen durante años. Hablo de un buen bolso de piel en un tono neutro que vaya con todo, un reloj clásico que puedas llevar siempre o esas joyas minimalistas que jamás pasan de moda.
La elección de un bolso, por ejemplo, va mucho más allá de lo práctico. Un modelo estructurado y de líneas limpias aporta un aire profesional y pulido al instante, mientras que un tote bag de lona transmite una energía mucho más relajada y casual.
Dominar el juego de los accesorios es el broche de oro para definir tu imagen. Y al igual que eliges tus prendas, no olvides que tu pelo es otro de tus grandes complementos. Si quieres redondear tu estilismo, puedes encontrar muchísimas ideas en nuestra guía sobre cortes de pelo elegantes para 2025 llenos de inspiración y estilo.
Resolvemos tus dudas sobre estilo personal
Aquí he recopilado algunas de las preguntas que más me hacen mis clientas cuando empiezan a definir su estilo. Desde cómo integrar tendencias sin perderse por el camino hasta trucos prácticos para el día a día, estas respuestas te darán ese empujoncito de claridad que necesitas.
¿Se puede vestir bien con un presupuesto ajustado?
¡Por supuesto que sí! La clave nunca ha sido la cantidad de ropa, sino la calidad y lo bien que sepas combinarla. Mi consejo es que inviertas de forma inteligente en un buen fondo de armario. Piensa en prendas atemporales que te sienten como un guante: unos vaqueros con el corte perfecto para ti, una camisa blanca impecable o un blazer que te estructura la figura.
Una estrategia que me encanta es explorar tiendas de segunda mano o vintage. Es como una caza del tesoro donde puedes encontrar joyas únicas y de una calidad espectacular por una fracción de lo que costaron.
No subestimes nunca el poder de un buen arreglo. Una prenda económica que has llevado a la modista para que te la ajuste a tu cuerpo se verá infinitamente más cara y elegante.
Me gusta una tendencia, pero ¿cómo sé si es para mí?
La mejor manera de jugar con la moda es hacerlo a pequeña escala. Si de repente se llevan los colores neón, no tienes por qué lanzarte a por un abrigo fosforito. Hay que empezar con algo más sutil y manejable.
Un accesorio es el campo de pruebas ideal. Te permite tantear el terreno sin comprometer ni tu estilo ni tu bolsillo. Prueba con alguna de estas ideas:
Un bolso con un color o forma inesperada.
Unos pendientes de fantasía que le den un giro a un look sencillo.
Un pañuelo de seda con un estampado atrevido.
Este pequeño experimento te dirá todo lo que necesitas saber. ¿Te sientes cómoda? ¿Te gusta cómo se ve? Si la respuesta es sí, y además recibes algún que otro cumplido, entonces ya puedes pensar en incorporar esa tendencia en una prenda más grande. Es la forma más segura de evolucionar sin sentir que vas disfrazada.
En mirik beauty, estamos convencidos de que un estilo personal bien definido es el mejor reflejo de tu confianza. Si quieres llevar tu imagen al siguiente nivel, pásate por mirikbeauty.com y descubre cómo nuestros servicios de estilismo pueden ayudarte a conseguirlo.
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