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Guía de tratamientos corporales reafirmantes

Con el paso del tiempo, los cambios de peso o simplemente por genética, es normal que la piel pierda su firmeza. Es algo que nos pasa a todos. Los tratamientos corporales reafirmantes son precisamente esa ayuda extra, no invasiva, que busca recuperar la elasticidad y el tono de la piel sin necesidad de pasar por un quirófano.


Su magia reside en estimular los procesos naturales de nuestro cuerpo para que él mismo genere el colágeno y la elastina que se han ido perdiendo.


¿Qué son exactamente los tratamientos reafirmantes y por qué todo el mundo habla de ellos?


La flacidez es una de las preocupaciones estéticas más habituales. Imagina la piel como si fuera una goma elástica: al principio es muy flexible y vuelve siempre a su sitio, pero con el uso y el tiempo, va cediendo. Factores como la edad, embarazos o fluctuaciones de peso aceleran este proceso.


Aquí es donde entran en juego los tratamientos reafirmantes. No son una solución superficial que simplemente "tapa" el problema, sino que actúan desde dentro. Funcionan como una especie de llamada de atención para las células de la piel, incentivándolas a que vuelvan a trabajar como antes para reconstruir la estructura que da soporte y firmeza.


Lo mejor de todo es que este enfoque se ha vuelto mucho más accesible. Cuidarse ya no es un lujo, sino una parte más de nuestro bienestar general, una forma de sentirnos a gusto en nuestra propia piel.


Una tendencia de bienestar que ha venido para quedarse


El auge de estos tratamientos no es casualidad. Refleja un cambio de mentalidad: ahora entendemos que cuidarnos por fuera es también una forma de cuidarnos por dentro. Las cifras lo confirman: un estudio de la SEME de 2023 reveló que casi el 50% de los españoles ya ha probado algún tratamiento de medicina estética.


Dentro de este grupo, el 69% son mujeres, sobre todo en la franja de los 35 a los 54 años, una etapa en la que el cuidado corporal se vuelve una prioridad. Esto demuestra que buscar soluciones para la flacidez es algo completamente normalizado y parte de un estilo de vida activo y saludable.


Un tratamiento reafirmante va más allá de lo estético. Es una inversión en tu propia confianza, una manera de reconectar contigo y sentirte más segura y cómoda en tu cuerpo.

¿Y cómo consiguen que la piel se reafirme?


La clave de casi todos los tratamientos corporales reafirmantes es un concepto llamado bioestimulación. Dicho de forma sencilla, se trata de "despertar" a las células perezosas de la piel.


Mediante diferentes tecnologías —como el calor controlado, los ultrasonidos o microinyecciones de vitaminas— se envía una señal a los fibroblastos, que son las "fábricas" de colágeno y elastina de nuestro cuerpo. Al recibir este estímulo, se ponen manos a la obra y el resultado es un proceso de regeneración totalmente natural que se traduce en:


  • Piel más firme: Notarás que la piel se vuelve más densa y tersa al tacto.

  • Textura mejorada: La superficie se ve más lisa, suave y uniforme.

  • Contornos más definidos: Las zonas tratadas, como brazos, abdomen o muslos, recuperan una apariencia más tonificada.


Sabiendo cómo funcionan, es más fácil entender qué opción puede ser la mejor para ti. Si quieres explorar las posibilidades, echa un vistazo a los avanzados tratamientos corporales que existen hoy en día.


Las tecnologías reafirmantes que de verdad funcionan


Cuando te adentras en el mundo de los tratamientos corporales reafirmantes, es fácil sentirse un poco perdido. Pero todo se vuelve más claro cuando entiendes las tecnologías que hay detrás. La clave está en saber que no todas las pieles son iguales y, por tanto, no todas responden de la misma manera.


Por eso existe un abanico de opciones, cada una pensada para actuar a un nivel diferente. Comprender en qué se diferencian es el primer paso para elegir el camino correcto hacia esa piel más firme y tonificada que buscas. Cada técnica tiene su "especialidad" y es más efectiva en ciertas zonas, ya sea el abdomen, los brazos o los glúteos.


Para entender mejor por qué la flacidez es un problema tan común, esta infografía lo resume perfectamente.


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Como ves, la degradación del colágeno, los cambios de peso y el simple paso del tiempo son los principales culpables. Justo por eso, los tratamientos más efectivos son los que atacan directamente estas causas.


Radiofrecuencia: el poder del calor inteligente


Si hay una tecnología consolidada y que ha demostrado su eficacia contra la flacidez, esa es la radiofrecuencia. Para que te hagas una idea, es como aplicar un calor suave y controlado a un tejido elástico para que recupere su tensión original.


Lo consigue mediante ondas electromagnéticas que calientan las capas internas de la piel, pero sin afectar la superficie. Este calor tiene un doble efecto, uno inmediato y otro que se construye con el tiempo.


  • Efecto inmediato: El calor hace que las fibras de colágeno que ya tenemos se contraigan. El resultado es un "efecto tensor" que se nota desde el principio.

  • Efecto a largo plazo: Aquí viene la magia. Ese estímulo térmico "despierta" a los fibroblastos, que son las células que fabrican colágeno y elastina nuevos. Es un proceso de regeneración totalmente natural que asegura resultados duraderos.


Es una opción fantástica para zonas como el abdomen, la cara interna de los muslos o los brazos. No duele, no necesitas tiempo de recuperación y la sensación es parecida a un masaje cálido y agradable.


HIFU: el lifting sin pasar por el quirófano


El HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad) va un paso más allá. Si la radiofrecuencia trabaja en la dermis, el HIFU es capaz de llegar hasta el SMAS, que es la misma capa de tejido que se reposiciona en un lifting quirúrgico.


Imagina que usas una lupa para concentrar la luz del sol en un solo punto. El HIFU hace algo parecido, pero con ultrasonidos: concentra toda la energía en puntos minúsculos bajo la piel, creando microlesiones térmicas totalmente controladas.


El cuerpo, al detectar estas pequeñas "heridas", pone en marcha su mecanismo natural de reparación. ¿Cómo? Produciendo una cantidad enorme de colágeno nuevo y reorganizando el que ya existía. El resultado es un efecto tensor potentísimo que trabaja desde dentro hacia fuera.

Esta tecnología es especialmente útil para tratar la flacidez más marcada en glúteos, abdomen o rodillas. Los resultados aparecen de forma progresiva, llegando a su máximo esplendor a los dos o tres meses, y pueden durar más de un año.


Bioestimuladores de colágeno: sembrando firmeza desde dentro


A diferencia de las máquinas, los bioestimuladores de colágeno actúan desde el interior. Se basan en infiltrar sustancias biocompatibles que el cuerpo reabsorbe con el tiempo. Su misión es simple: actúan como "semillas" que, una vez en la dermis, le dicen a tu cuerpo que se ponga a fabricar su propio colágeno de forma natural.


Los más conocidos son el ácido poliláctico y la hidroxiapatita cálcica. No son rellenos, sino que ponen en marcha un proceso que, poco a poco, mejora la densidad, el grosor y la elasticidad de la piel.


Es la opción perfecta si buscas resultados muy naturales y progresivos. Funciona de maravilla para conseguir un efecto "lifting" sutil en los glúteos o para devolverle la consistencia a la piel más fina de los brazos.


Comparativa de tecnologías reafirmantes populares


Para que puedas ver las diferencias de un solo vistazo, hemos preparado esta tabla. Compara las tecnologías más comunes, destacando su mecanismo de acción, las zonas de aplicación recomendadas y el tipo de resultado esperado para ayudarte a identificar la mejor opción según tus necesidades.


Tratamiento

Mecanismo de acción

Zonas ideales

Resultados esperados

Radiofrecuencia

Calor profundo que contrae el colágeno existente y estimula la producción de nuevo colágeno.

Abdomen, brazos, cara interna de muslos, rostro.

Efecto tensor inmediato y mejora progresiva de la firmeza.

HIFU

Ultrasonido focalizado que crea puntos de coagulación térmica en capas profundas para una neocolagénesis intensa.

Glúteos, abdomen, rodillas, óvalo facial.

Efecto lifting profundo y duradero. Resultados visibles a los 2-3 meses.

Bioestimuladores

Infiltración de sustancias que inducen la producción natural de colágeno por parte del cuerpo.

Glúteos, brazos, muslos, escote.

Mejora gradual y muy natural de la densidad y elasticidad de la piel.

Mesoterapia

Microinyecciones de cócteles con vitaminas y activos para nutrir y revitalizar la piel desde dentro.

Todas las zonas. Muy versátil para celulitis y flacidez leve.

Mejora de la calidad de la piel, la hidratación y la firmeza superficial.


Como ves, cada tecnología tiene su punto fuerte. La elección final dependerá siempre de tus objetivos y del punto de partida de tu piel.


Mesoterapia: nutrición directa para tu piel


La mesoterapia corporal es otro de los pilares en los tratamientos corporales reafirmantes. Consiste en aplicar microinyecciones muy superficiales de cócteles personalizados con vitaminas, minerales, aminoácidos y ácido hialurónico, justo donde se necesitan.


Es como abonar una planta directamente en la raíz en lugar de limitarse a regar las hojas. Con la mesoterapia, le das a la piel los nutrientes exactos que le hacen falta para revitalizarse, mejorar la circulación y, por supuesto, estimular la producción de colágeno. Si te interesa saber más, aquí puedes encontrar más detalles sobre la mesoterapia corporal y sus beneficios.


Además, es un tratamiento increíblemente versátil. No solo reafirma; según la fórmula que se utilice, también puede ayudar a combatir la celulitis y la grasa localizada.


Al final, la clave del éxito casi siempre está en la personalización. Un buen profesional sabrá evaluar tu grado de flacidez y la calidad de tu piel para recomendarte la mejor opción. De hecho, muchas veces la estrategia más efectiva es combinar varias de estas tecnologías para conseguir un resultado completo y que perdure en el tiempo.


Los beneficios de invertir en tu bienestar corporal


Apostar por un tratamiento corporal reafirmante no es solo una cuestión de estética, es una inversión directa en tu bienestar y en cómo te sientes contigo misma. Sí, el resultado más evidente es una piel más tersa y joven, pero los beneficios reales van mucho más allá de lo que se ve en el espejo.


Estos procedimientos actúan desde dentro, reactivando los procesos naturales de tu cuerpo para mejorar no solo la firmeza, sino la salud general de tu piel. Es una forma de cuidarte que se traduce en una mayor confianza y comodidad en tu propio cuerpo.


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Más allá de la firmeza: una mejora integral


El efecto de un tratamiento reafirmante se nota en varias áreas clave que, juntas, cambian por completo tu aspecto y tu sensación corporal. No se trata simplemente de "estirar" la piel, sino de reconstruir su soporte interno para lograr resultados visibles y que perduren en el tiempo.


Entre los beneficios más destacados están:


  • Reducción visible de la celulitis: ¿Sabías que gran parte de la celulitis se debe a la flacidez? Al tensar y fortalecer la piel, la apariencia de "piel de naranja" se suaviza muchísimo, dejando una superficie más lisa y homogénea.

  • Contorno corporal más definido: Cuando la piel recupera su elasticidad, se ajusta mejor a los músculos. El resultado es una silueta más esculpida y unos contornos más marcados en zonas clave como el abdomen, los brazos o los muslos.

  • Mejora de la textura de la piel: Además de reafirmar, estos tratamientos estimulan la circulación y la renovación de las células. Esto se traduce en una piel increíblemente suave al tacto, mejor hidratada y con un tono más uniforme y luminoso.


El impacto positivo en la confianza y la autoestima


Quizá el beneficio más profundo y transformador de todos sea el emocional. Sentirte a gusto en tu propia piel tiene un efecto directo y muy potente en tu autoestima. Es como recuperar el control y la conexión contigo misma, sobre todo después de etapas como un embarazo o cambios de peso significativos.


Invertir en tu cuerpo es una declaración de amor propio. Es dedicarte tiempo y recursos para sentirte bien, y eso se refleja en cada aspecto de tu vida, desde cómo eliges la ropa hasta cómo te relacionas con los demás.

Imagina la satisfacción de ponerte esa prenda que tanto te gusta y que te siente como un guante, o de caminar por la playa con total seguridad. Esa inyección de confianza es un motor que te impulsa a tener una actitud más positiva cada día. Es un acto de autocuidado que te empodera y te recuerda que mereces sentirte espectacular.


Un enfoque complementario para un bienestar total


Los tratamientos reafirmantes no son una solución mágica y aislada. Su verdadero poder se desata cuando forman parte de un estilo de vida saludable, creando una sinergia que multiplica los resultados.


Para sacarles el máximo partido, lo ideal es combinarlos con otros cuidados. Por ejemplo, antes de empezar un plan reafirmante, un tratamiento corporal detox puede preparar la piel para que responda mucho mejor. Este paso previo ayuda a eliminar toxinas y a activar la circulación, creando el "lienzo" perfecto para que las tecnologías reafirmantes trabajen a pleno rendimiento.


Al final, se trata de crear un plan de cuidado 360 grados que te haga sentir radiante por dentro y por fuera.


Cómo elegir el tratamiento reafirmante ideal para ti



Acertar con el tratamiento reafirmante es el primer paso, y el más importante, para que consigas los resultados que de verdad estás buscando. Aquí no hay una fórmula mágica que sirva para todo el mundo; la elección tiene que ser una respuesta directa a lo que tu cuerpo necesita y a lo que tú quieres conseguir.


Factores como el nivel de flacidez, las zonas concretas que te preocupan, cómo es tu piel y, sobre todo, tus expectativas, son la brújula que nos guiará. No es lo mismo tratar una pequeña pérdida de tono en los brazos que una flacidez más evidente en el abdomen después de un embarazo, por ejemplo.


Por eso, el punto de partida es, y siempre será, una consulta con un especialista. Este profesional es la única persona que puede hacer un diagnóstico preciso y, con esa información, trazar un plan de acción a tu medida.


El diagnóstico profesional: tu mejor aliado


Imagina esta primera consulta como el momento en que se dibuja el mapa de tu tratamiento. Un buen experto no se va a quedar solo en la superficie; va a analizar la calidad de tu piel, su grosor, su capacidad para regenerarse...


Este análisis es clave, porque nos permite saber qué tecnología o, más a menudo, qué combinación de ellas va a funcionar mejor en tu caso. Por ejemplo, una piel más fina puede responder de maravilla a los bioestimuladores, mientras que una flacidez que va acompañada de un poco de grasa localizada podría necesitar la ayuda combinada de ultrasonidos y radiofrecuencia.


La personalización no es un capricho, es la clave del éxito. Un plan bien diseñado ataca el problema desde todos los frentes, garantizando que cada sesión te acerque a tu meta de forma segura y eficaz.

Además, un buen diagnóstico te ayudará a poner los pies en la tierra y a tener unas expectativas realistas. Un profesional honesto te explicará qué se puede conseguir, en cuánto tiempo y qué mantenimiento podrías necesitar a futuro. Esto te ahorrará frustraciones y te permitirá disfrutar del camino con total tranquilidad.


Preguntas clave que no pueden faltar en tu consulta


Para sacarle todo el partido a tu visita, lo mejor es que vayas preparada. Llevar una pequeña lista de preguntas te ayudará a resolver cualquier duda y a sentir que eres tú quien tiene el control de la situación.


Aquí te dejo algunas preguntas esenciales que deberías hacer sí o sí:


  • ¿Soy una buena candidata para este tratamiento? Es fundamental saber si tu tipo de piel y el grado de flacidez son los adecuados para la tecnología que te proponen.

  • ¿Qué resultados realistas puedo esperar? No dudes en pedir fotos de antes y después de casos parecidos al tuyo. Una imagen vale más que mil palabras.

  • ¿Cuántas sesiones necesitaré y cada cuánto tiempo? Esto te dará una idea clara del compromiso que requiere y de la inversión total.

  • ¿Duele o necesita tiempo de recuperación? Saber esto te ayudará a organizar las sesiones sin que interfiera en tu día a día.

  • ¿Qué cuidados debo seguir en casa para mejorar los resultados? Un buen tratamiento siempre se apoya en una buena rutina en casa.

  • A largo plazo, ¿qué mantenimiento necesitaré? Entender cómo cuidar los resultados te ayudará a disfrutar de tu inversión durante mucho más tiempo.


Hacer estas preguntas te convierte en parte activa de tu propio tratamiento y te asegura que la decisión final encaja perfectamente con tus objetivos y tu estilo de vida.


Entendiendo las tendencias actuales


El mundo de los tratamientos corporales reafirmantes no para de moverse, y ahora mismo la tendencia es clara: personalización y combinación de técnicas. Cada vez más, estos cuidados se integran en una rutina de bienestar global. De hecho, se espera que para 2025 tecnologías como la radiofrecuencia y otras terapias innovadoras sin cirugía, como los sistemas electromagnéticos focalizados (HIFEM), sean aún más protagonistas para mejorar la firmeza y remodelar esas zonas rebeldes sin pasar por el quirófano. Si quieres saber más, puedes descubrir más sobre las tendencias en salud para 2025 y cómo están redefiniendo el cuidado corporal.


Cómo maximizar y mantener los resultados a largo plazo


La eficacia de los tratamientos corporales reafirmantes no se mide solo al salir de la clínica. El verdadero éxito se ve con el tiempo, y es ahí donde tus hábitos diarios entran en juego y marcan toda la diferencia.


Imagina que el tratamiento es como una sesión intensiva con un entrenador personal que pone tus células a trabajar. Una vez que sales por la puerta, tu misión es mantener esa buena forma. Dejar de lado los cuidados posteriores es como no volver al gimnasio después de un entrenamiento cañero; los resultados, poco a poco, se van perdiendo.


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La preparación es el primer paso hacia el éxito


Incluso antes de la primera sesión, ya puedes ir preparando el terreno. Una piel cuidada y sana responde mucho mejor a los estímulos, lo que se traduce en resultados más potentes y visibles desde el principio.


La hidratación es clave. Beber suficiente agua y usar cremas nutritivas a diario crea una base perfecta. De la misma forma, intenta evitar el sol intenso en las semanas previas para proteger la piel de cualquier daño que pueda interferir con el tratamiento.


La rutina post-tratamiento: tu mejor inversión


Una vez terminas, empieza la fase crucial para que los efectos perduren. El especialista te dará unas pautas concretas para tu caso, pero hay ciertos pilares que son universales y que de verdad funcionan.


Estos cuidados no solo alargan los resultados, sino que mejoran la salud general de tu piel.


  • Hidratación y nutrición específicas: Usa las cremas reafirmantes e hidratantes que te recomiende el profesional. Suelen llevar activos como colágeno, elastina o silicio orgánico, pensados para complementar el trabajo hecho en la clínica.

  • Protección solar, siempre: La zona tratada estará más sensible y regenerándose. Protegerla del sol con un SPF alto es absolutamente innegociable. Así evitas manchas y que la radiación UV destruya el colágeno nuevo que tanto te ha costado generar.

  • Evita el calor intenso: Durante los primeros días, es mejor dejar a un lado las saunas, los baños muy calientes o el ejercicio extenuante. El sudor excesivo en la zona no es lo más recomendable.


Tu estilo de vida es el mejor aliado de los resultados


Ningún tratamiento, por bueno que sea, puede compensar un estilo de vida poco saludable. La buena noticia es que con pequeños cambios en tu día a día puedes crear una sinergia increíble, multiplicando y alargando los beneficios de tu inversión.


Piensa en tus hábitos como el equipo de apoyo de tu tratamiento. Juntos, sois una alianza imbatible contra la flacidez. Así te aseguras de que cada euro y cada minuto invertido valgan la pena a largo plazo.

Comer bien y moverte con regularidad son tus mejores herramientas para construir sobre la base que ha creado el tratamiento.


Nutrición para una piel firme


Lo que comes se refleja directamente en tu piel. Para ayudar a tu cuerpo a producir colágeno y mantener la elasticidad, asegúrate de que tu dieta no le falte de nada.


Nutriente

¿Por qué es importante?

¿Dónde lo encuentro?

Vitamina C

Imprescindible para crear colágeno y un potente antioxidante.

Cítricos, pimientos rojos, kiwis, brócoli.

Proteínas

Aportan los "ladrillos" (aminoácidos) para construir colágeno y elastina nuevos.

Carnes magras, pescado, huevos, legumbres, quinoa.

Antioxidantes

Luchan contra los radicales libres que envejecen la piel.

Frutos rojos, té verde, chocolate negro, verduras de hoja verde.

Grasas saludables

Mantienen la piel elástica e hidratada desde dentro.

Aguacate, aceite de oliva virgen extra, frutos secos, pescado azul.


El ejercicio: el complemento perfecto


El deporte, sobre todo el de fuerza, es el compañero ideal de cualquier tratamiento reafirmante. Al tonificar los músculos que están justo debajo de la piel, creas una base más firme y sólida.


Esto no solo redefine el contorno, sino que da un mejor soporte a la piel, ayudando a que se mantenga tersa. Actividades como las pesas, el pilates o el yoga son opciones geniales para complementar los resultados y mantener tu cuerpo tonificado.


En definitiva, conseguir que los resultados de los tratamientos corporales reafirmantes duren es un compromiso contigo misma. Combinando la tecnología de la clínica con un cuidado consciente en casa, te aseguras de disfrutar de una piel firme y una silueta definida durante mucho más tiempo.


Claro, aquí tienes la sección reescrita con un tono más humano y natural, como si la explicara un experto con experiencia.



Resolvemos tus dudas sobre los tratamientos reafirmantes


Es completamente normal tener preguntas antes de decidirte por un tratamiento reafirmante. Al fin y al cabo, es una inversión en ti y en tu bienestar. Queremos que te sientas segura y con toda la información en la mano, así que vamos a resolver las dudas más comunes que suelen surgir en la consulta.


¿Voy a sentir dolor durante la sesión?


La gran mayoría de las tecnologías que usamos hoy en día están pensadas para que la experiencia sea cómoda, e incluso agradable. Muchos de nuestros clientes describen la radiofrecuencia como una sensación parecida a un masaje con piedras calientes, muy relajante.


Con otras técnicas, como el HIFU o las microinyecciones de mesoterapia, podrías notar una pequeña molestia o un pinchacito muy leve, pero nada que no se pueda tolerar sin problemas. Lo más importante es que no necesitas anestesia ni pasarás por un dolor real.


¿Cuándo empezaré a notar los resultados?


Aquí la paciencia es clave, aunque hay buenas noticias desde el primer día. La respuesta depende mucho de la tecnología que usemos y, por supuesto, de cómo responda tu propio cuerpo.


  • Efecto tensor inmediato: Con tratamientos como la radiofrecuencia, es muy habitual que al terminar la sesión ya notes la piel más tersa. Esto ocurre por la contracción instantánea de las fibras de colágeno que ya tienes.

  • La verdadera transformación: El gran cambio viene después, de forma progresiva. Poner en marcha la producción de colágeno nuevo es un proceso biológico que lleva su tiempo. Los resultados más espectaculares y definitivos suelen verse a los 2 o 3 meses de empezar. Es el plazo que tu cuerpo necesita para reconstruir esa red de soporte interno de la piel.


¿Y cuántas sesiones necesitaré en total?


No hay una respuesta única, porque el tratamiento es totalmente para ti. El número de sesiones lo ajustamos según tu punto de partida (el nivel de flacidez que tengas), la zona que quieras mejorar, tu edad y lo que esperas conseguir.


En la primera consulta, trazaremos un plan a tu medida. Para que te hagas una idea, un protocolo estándar con radiofrecuencia suele rondar entre las 4 y 8 sesiones, que hacemos cada una o dos semanas. En cambio, para tecnologías más potentes como el HIFU, a veces basta con una o dos sesiones al año.


La clave no es la cantidad de sesiones, sino que estén bien pensadas y personalizadas. Un buen diagnóstico nos permite alcanzar tus objetivos sin dar ni un paso en falso.

¿Los resultados se quedan para siempre?


Los efectos son duraderos, pero no permanentes. Piensa que estos tratamientos son como rebobinar el reloj de tu piel, pero el tiempo sigue avanzando. El proceso natural de envejecimiento no se detiene.


Con un estilo de vida saludable y cuidándote un poco, los resultados pueden mantenerse perfectamente durante 1 o 2 años. Para alargar esa firmeza, solemos recomendar alguna sesión de mantenimiento de vez en cuando, quizás una o dos al año, para recordarle a tu piel que siga produciendo colágeno.


¿Hay algún efecto secundario que deba conocer?


Al ser tratamientos no invasivos, puedes estar tranquila. Son muy seguros. Lo más común es que la piel se quede un poco enrojecida justo después, pero es algo que desaparece en unas pocas horas.


A veces, también puede haber una leve hinchazón o una mayor sensibilidad al tacto en la zona, pero se va igual de rápido. Lo mejor de todo es que no necesitas pedirte el día libre; puedes volver a tu rutina normal en cuanto salgas de la clínica.


¿Se pueden combinar varios tratamientos reafirmantes?


¡Por supuesto! De hecho, combinar tecnologías suele ser la estrategia ganadora. Atacar la flacidez desde diferentes frentes nos permite conseguir un resultado mucho más completo y potente.


Por ejemplo, podemos usar la radiofrecuencia para mejorar la firmeza más superficial y complementarla con HIFU para lograr un efecto lifting a un nivel más profundo. Un buen especialista sabrá crear un protocolo que combine lo mejor de cada tecnología para las necesidades exactas de tu piel.



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