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Guía definitiva del baño de color de pelo

Seguro que has oído hablar del baño de color, pero ¿sabes realmente en qué consiste? Piénsalo así: es como darle a tu melena una capa de barniz brillante y lleno de matices que potencia tu color natural sin transformarlo por completo. No es un cambio radical, sino una forma de realzar lo que ya tienes, aportando reflejos, una profundidad increíble y un brillo espectacular.


A diferencia de los tintes permanentes, el baño de color funciona de una manera mucho más amable con tu pelo. Es una coloración semipermanente y sin amoníaco que, en lugar de alterar la estructura interna de la fibra capilar, simplemente deposita los pigmentos en la superficie. El resultado es un color que se desvanece de forma gradual con los lavados, evitando el temido "efecto raíz".


Descifrando el baño de color para tu pelo


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Si tuviéramos que usar una analogía, diríamos que el baño de color es como un filtro fotográfico para tu cabello. No cambia la imagen original, pero sí la mejora, intensifica los colores y le da un acabado profesional y luminoso. Se trata de una coloración tono sobre tono que respeta la base natural de tu melena.


La clave está en su fórmula. Al no llevar amoníaco, la cutícula del cabello (su capa protectora externa) no se abre de forma agresiva. Por eso, además de aportar color, este tratamiento sella la cutícula, dejando el pelo mucho más suave, suelto y con un brillo que refleja la luz como un espejo.


¿Qué define a un baño de color?


No es de extrañar que esta técnica se haya vuelto tan popular. En España, el baño de color de pelo es la opción preferida para quienes buscan un toque de frescura sin el compromiso de un tinte permanente. De hecho, se calcula que cerca de un 35% de las mujeres entre 25 y 45 años lo eligen por su capacidad para revitalizar el tono de una forma sutil y respetuosa con la salud capilar. Si quieres estar al día, puedes echar un vistazo a las tendencias de coloración que arrasarán.


¿Por qué tiene tanto éxito? Sus características lo dicen todo:


  • Fórmula sin amoníaco: Es su principal ventaja. Preserva la estructura interna del cabello, evitando el daño y la sequedad asociados a las coloraciones más fuertes.

  • Duración limitada: El color se va perdiendo poco a poco con los lavados, generalmente después de unas 4 a 8 semanas, lo que te permite cambiar de look sin ataduras.

  • Brillo extraordinario: Uno de sus efectos más buscados es el acabado "glossy". Deja el pelo increíblemente brillante y con una apariencia súper saludable.

  • Cero efecto raíz: Como el color se desvanece de manera uniforme, no deja esa antiestética línea de crecimiento, haciendo que el mantenimiento sea mucho más sencillo.


Diferencias clave con otros tratamientos


Es muy importante no confundirlo con otros servicios. Un baño de color no es un tinte permanente, que sí modifica el color de tu cabello de forma definitiva, ni tampoco un simple tratamiento de brillo, aunque consiga un efecto espectacular.


Piénsalo como la herramienta perfecta para jugar con tu tono, matizar esos reflejos que no te gustan, disimular las primeras canas con naturalidad o, simplemente, devolverle la vida a un color que se ha quedado apagado y sin luz.

Para que lo tengas todavía más claro, hemos preparado una pequeña chuleta con sus características principales.


El baño de color en pocas palabras


Aquí tienes una tabla resumen para que entiendas de un solo vistazo qué puedes esperar de este tratamiento.


Característica

Descripción

Tipo de coloración

Semipermanente, tono sobre tono.

Componente clave

Fórmula sin amoníaco.

Acción principal

Deposita pigmento sobre la cutícula capilar.

Poder de aclarado

Nulo. No puede aclarar el color base del cabello.

Duración estimada

De 4 a 8 semanas (se va con los lavados).

Efecto raíz

Prácticamente inexistente, el color se desvanece.

Cobertura de canas

Baja a media (las maquilla, no las cubre al 100%).

Resultado final

Brillo intenso, color realzado y aspecto saludable.


Como ves, decantarse por un baño de color es apostar por una forma versátil y suave de embellecer tu melena. Es la opción ideal para darle un extra de vitalidad y dimensión sin el compromiso a largo plazo de un tinte permanente.


Los beneficios de elegir un baño de color para tu melena


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Decantarse por un baño de color de pelo no es simplemente una cuestión de estética; es una verdadera apuesta por la salud y la vitalidad de tu melena. Va mucho más allá de refrescar el tono. Este tratamiento ofrece tantas ventajas prácticas que se ha convertido en el favorito de estilistas y clientas que buscan resultados espectaculares sin castigar el cabello.


Una de sus virtudes más conocidas es su capacidad para transformar un pelo apagado en una melena que irradia vida. Si alguna vez te has preguntado cómo se consigue ese brillo pulido y deslumbrante que ves en las revistas, la respuesta, muchas veces, está en este tipo de coloración.


Consigue un brillo con efecto espejo


El secreto de ese acabado tan luminoso está en cómo funciona el producto. A diferencia de los tintes permanentes, que tienen que abrir la cutícula para meter el color dentro, el baño de color la respeta y, de hecho, la sella.


Piensa en la superficie de tu pelo como si fuera un tejado. Cuando el cabello está dañado o poroso, las "tejas" (las escamas de la cutícula) están levantadas. Esto crea una superficie irregular que dispersa la luz en todas direcciones, dando un aspecto mate y sin vida.


El baño de color actúa como un tratamiento que alisa y alinea esas tejas, creando una superficie lisa y uniforme que refleja la luz como un espejo. El resultado es un brillo intenso y un tacto sedoso que potencia la belleza de tu color natural.


Cuidado y respeto por tu cabello


Una de las mayores preocupaciones al teñirse es el daño que los químicos pueden provocar. Es aquí donde el baño de color marca la diferencia, ya que su fórmula está pensada para ser lo más suave posible tanto con la fibra capilar como con el cuero cabelludo.


La clave es que su composición es libre de amoníaco. Este ingrediente, muy común en tintes permanentes, es el que abre la cutícula de forma agresiva para que el pigmento penetre. Sin embargo, a la larga, también puede debilitar y resecar el pelo. Al no llevarlo, el baño de color se salta ese paso tan invasivo, convirtiéndose en una opción mucho más amable.


Esto lo hace ideal para personas con el cuero cabelludo sensible o para cabellos que ya están un poco tocados por otros tratamientos, como decoloraciones o alisados.


El baño de color se percibe como una opción más segura y menos dañina, lo que anima a usarlo con más frecuencia y fideliza a la clientela en los salones. Esta percepción, unida a sus resultados visibles, lo posiciona como una de las alternativas de coloración líderes en el mercado español, tal como se refleja en estudios sobre las tendencias de coloración más atractivas.

Adiós al temido efecto raíz


El mantenimiento es otro de sus grandes puntos fuertes. Con un tinte permanente, a medida que el pelo crece, aparece esa línea tan marcada entre tu color natural y el teñido, lo que te obliga a ir a la peluquería a retocar las raíces cada pocas semanas.


El baño de color de pelo te libera de esa esclavitud. Como es una coloración semipermanente, los pigmentos se quedan en la capa externa del cabello y se van yendo de forma muy gradual y uniforme con los lavados.


Este desvanecimiento progresivo garantiza una transición súper natural, sin cortes de color bruscos. De esta forma, puedes espaciar más tus visitas al salón sin preocuparte por un efecto raíz feo, luciendo un color bonito durante más tiempo.


Versatilidad para cada necesidad


Por último, su versatilidad es asombrosa. No sirve solo para dar brillo o reavivar un tono; sus aplicaciones son muchísimas y se adaptan a lo que necesites en cada momento:


  • Unificar el tono: Es perfecto para igualar el color de una melena que ha perdido uniformidad por el sol o por restos de tintes anteriores.

  • Matizar mechas: Neutraliza esos reflejos que no te gustan en cabellos decolorados. Por ejemplo, puede corregir los tonos amarillentos o anaranjados de unas mechas rubias, dejándolas con un acabado más frío o ceniza.

  • Aportar reflejos sutiles: Enriquece tu color de base con matices cálidos como los cobrizos o miel, o fríos como los ceniza, sin cambiar radicalmente tu tono natural.

  • Disimular las primeras canas: Las cubre de una forma muy translúcida, integrándolas en el resto del pelo como si fueran reflejos naturales.


En definitiva, elegir un baño de color es optar por un tratamiento multifacético que embellece, cuida y respeta tu cabello, ofreciendo resultados radiantes sin los compromisos a largo plazo de un tinte tradicional.


Baño de color y tinte permanente frente a frente


¿Baño de color o tinte permanente? Seguro que te lo has preguntado mil veces. La elección puede parecer un mundo, pero en realidad, todo se resume en cómo actúa cada uno sobre tu pelo. Piénsalo así: cada hebra de tu melena tiene una capa exterior que la protege (la cutícula) y un corazón donde vive el color (el córtex).


El baño de color es como una capa de brillo, un maquillaje para tu pelo. Deposita el color con delicadeza por fuera, sobre la cutícula, sin necesidad de forzarla. El tinte permanente, en cambio, es más intenso; necesita entrar hasta la cocina. Para ello, usa ingredientes como el amoníaco para abrir esa cutícula y cambiar el color desde dentro. Y esta pequeña diferencia química, créeme, lo cambia todo.


Justo aquí reside la clave que determina la duración, la intensidad del color, el compromiso que adquieres y, lo más importante, el impacto que cada opción tendrá en la salud de tu melena.


El mecanismo de acción que lo decide todo


Al trabajar solo en la superficie, el baño de color respeta la estructura natural de tu cabello. Es una coloración semipermanente que embellece por fuera sin alterar el interior. Por eso es una opción mucho más suave y el color se va yendo poquito a poco, con cada lavado, de una forma muy natural.


El tinte permanente, sin embargo, pone en marcha un proceso químico mucho más profundo. Al colarse hasta el córtex, consigue cambios de color espectaculares y duraderos, como aclarar varios tonos o cubrir esas canas que no perdonan. Claro que este poder tiene un precio: un compromiso mayor y un posible desgaste para el pelo si no lo mimas como se merece.


La cuestión no es cuál es "mejor", sino cuál encaja contigo y con lo que buscas. ¿Quieres un toque de luz sutil y temporal o una transformación total y definitiva? La respuesta a esa pregunta te llevará directa al servicio perfecto para ti.

Comparativa directa para una elección informada


Para que lo veas todo clarísimo y de un solo vistazo, hemos preparado una tabla que enfrenta punto por punto cada tratamiento. Fíjate bien en cada criterio, piensa en lo que necesitas y decide con toda la seguridad del mundo.


Comparativa directa baño de color vs tinte permanente


Una comparación directa para ayudar a los lectores a elegir el tratamiento más adecuado para sus objetivos y tipo de cabello.


Criterio

Baño de color

Tinte permanente

Cómo actúa

Deposita pigmentos en la superficie (cutícula).

Penetra y modifica el pigmento en el interior (córtex).

¿Lleva amoníaco?

Por lo general, no contiene.

Sí, es el que "abre la puerta" de la cutícula.

Duración

Entre 4 y 8 semanas. Se desvanece gradualmente.

Permanente. Solo desaparece cuando el pelo crece.

Cobertura de canas

Baja-media. Las disimula o matiza (hasta un 70%).

Cobertura total y opaca (hasta el 100%).

¿Puede aclarar?

No. No tiene fuerza para aclarar tu color base.

Sí, puede aclarar varios tonos sin problema.

Efecto raíz

Mínimo o ninguno. La transición es muy suave.

Muy marcado. Exige retoques periódicos sí o sí.

Impacto en el pelo

Bajo. Es la opción más respetuosa y suave.

Medio-alto. Puede resecar si no se cuida bien.

Ideal para...

Aportar brillo, matizar reflejos, cambios sutiles.

Cambios de look radicales, cubrir canas por completo.


Como ves, la diferencia principal está en la "potencia" y el compromiso. Uno embellece, el otro transforma.


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Esta imagen compara dos de las opciones más suaves para el cabello: el baño de color y el gloss. Ambas son de bajo impacto, pero el gloss es incluso más ligero, perfecto para un mantenimiento frecuente del brillo entre servicios de coloración.


¿Y ahora cuál elijo?


La decisión final depende de lo que quieras conseguir.


Si lo que buscas es darle un chute de vida a tu color natural, añadir unos reflejos que aporten dimensión o matizar unas mechas sin jugártela con la salud de tu pelo, el baño de color es tu mejor amigo. Es ideal para las que empiezan en el mundo del color o para las que solo quieren un extra de brillo.


Ahora bien, si tu objetivo es decir adiós a las canas de forma definitiva, sueñas con un cambio de look potente (como pasar de morena a rubia) o necesitas un color que no se mueva ni un milímetro semana tras semana, entonces el tinte permanente es lo tuyo. Si necesitas inspiración, echa un vistazo a nuestra guía sobre las 8 tendencias de mechas en el pelo para 2025, donde verás resultados increíbles que combinan distintas técnicas.


Tu experiencia en el salón paso a paso


Decidirte por un baño de color de pelo es el primer paso para lucir una melena más viva y brillante. Pero, ¿qué pasa exactamente desde que te sientas en la silla de tu estilista? Entender el proceso te ayudará a relajarte y disfrutar al máximo, sabiendo que estás en las mejores manos.


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El camino hacia un color espectacular no arranca con la brocha, sino con una buena conversación. Este momento es clave para que salgas del salón con el resultado que realmente tienes en mente.


El diagnóstico inicial: un paso fundamental


Antes de mezclar ni una gota de producto, tu estilista se tomará un tiempo para hablar contigo. No es una charla sin más, es un diagnóstico profesional para entender qué necesita tu pelo y qué es lo que buscas.


El experto analizará varios puntos clave de tu melena:


  • Salud capilar: Se fijará en si tu pelo está seco, poroso o si llevas otros tratamientos químicos. Esto es vital para saber cómo va a "agarrar" el color.

  • Tono base y reflejos: Estudiará tu color natural y cualquier matiz que ya tengas para predecir la reacción del pigmento.

  • Tus expectativas: Lo más importante, te escuchará. ¿Quieres un simple toque de brillo? ¿Buscas neutralizar algún reflejo que no te gusta? ¿O quizás intensificar tu tono natural?


Este análisis previo lo es todo. Le permite a tu estilista no solo escoger el color perfecto, sino también personalizar la fórmula para que el resultado sea uniforme y, sobre todo, para proteger la salud de tu cabello.


La elección del tono perfecto


Con toda la información sobre la mesa, llega el momento más emocionante: elegir el color. Tu estilista te mostrará la carta de colores y te asesorará para dar con ese matiz que mejor le va a tu piel y a tus ojos.


A diferencia de un tinte permanente, con el baño de color de pelo buscamos resultados sutiles, que se vean naturales. El objetivo no es una transformación radical, sino potenciar tu belleza. Se puede elegir un tono muy parecido al tuyo para unificar el color y darle un brillo increíble, o jugar con reflejos específicos para añadir dimensión, como matices miel, cobrizos o ceniza.


La magia del baño de color reside en su capacidad para enriquecer tu tono, no para enmascararlo. Es un trabajo en equipo entre el pigmento y tu color base para crear un resultado único y totalmente tuyo.

Una vez decidido el tono, se prepara la mezcla. Lo bueno es que estas fórmulas suelen venir cargadas de ingredientes que miman el cabello, como proteínas o vitaminas, fortaleciendo la fibra capilar mientras le dan color.


Aplicación y tiempo de exposición


Ahora sí, ¡manos a la obra! La aplicación se hace con mucho mimo para asegurar que cada centímetro de tu melena quede cubierto.


  1. Preparación del cabello: Lo habitual es aplicar el producto sobre el pelo limpio y húmedo, quitando el exceso de agua con una toalla. Así, el pigmento se reparte de forma mucho más homogénea.

  2. Aplicación cuidadosa: El estilista dividirá el cabello en secciones y aplicará el producto de raíz a puntas, asegurándose de no dejar ninguna zona olvidada. La textura suele ser cremosa, lo que facilita mucho el trabajo.

  3. Tiempo de espera: Aquí llega una de las grandes ventajas del baño de color. El tiempo que tienes que esperar es mucho más corto que con un tinte. Normalmente, bastará con unos 20 minutos. Es el momento ideal para relajarte, hojear una revista o, simplemente, desconectar.


Este tiempo es tan reducido porque el producto no tiene que abrir la cutícula del pelo a la fuerza, solo deposita el color en la superficie.


Aclarado y tratamiento final: el toque de lujo


Cuando el tiempo ha pasado, vuelves al lavacabezas para el ritual final. Esta parte es tan importante como la propia aplicación para que el resultado sea duradero y espectacular.


Primero, se emulsiona el producto con un poco de agua tibia, masajeando suavemente para despegarlo del cuero cabelludo. Después, se aclara con abundante agua hasta que salga totalmente limpia, sin restos de color.


Para rematar, se aplica un acondicionador o una mascarilla especial para después del color. Este paso es fundamental porque ayuda a sellar las cutículas del cabello. Al sellarlas, el pigmento queda "atrapado" dentro y el brillo se multiplica. Un buen sellado es el secreto de ese "efecto espejo" que dura semanas.


El resultado lo notas al instante. Una vez seco, sentirás el pelo increíblemente suave, con un color lleno de vida y una luz espectacular. Saldrás del salón no solo con un look renovado, sino con la sensación de haberle regalado a tu melena un auténtico tratamiento de spa.


Cómo mantener tu baño de color vibrante por más tiempo


Sales del salón y te sientes imparable. Tu melena tiene ese brillo espectacular, lleno de matices que captan la luz a cada movimiento. El baño de color de pelo ha obrado su magia, pero ahora te toca a ti jugar tu papel para que ese look de infarto dure.


Que no cunda el pánico, alargar la vida de tu color es más fácil de lo que parece. Solo necesitas adoptar un par de hábitos nuevos en tu rutina. Piénsalo así: si tuvieras un jersey de cachemir, no lo meterías en la lavadora con un programa de alta temperatura, ¿verdad? Pues con tu pelo pasa lo mismo.


El secreto está en mimar los pigmentos que acabas de depositar en la fibra capilar y, sobre todo, en mantener la cutícula del pelo bien sellada. Una cutícula cerrada es la mejor garantía para un cabello que no solo retiene el color, sino que además refleja la luz con ese efecto glossy que te enamoró.


La elección de tus productos de lavado


El primer gran cambio, y probablemente el más decisivo, empieza en la ducha. Los champús de toda la vida, sobre todo los que llevan sulfatos potentes (como el famoso Sodium Lauryl Sulfate), limpian de maravilla, pero para un cabello con color pueden ser demasiado agresivos.


Estos limpiadores tan eficaces, sin querer, arrastran con ellos parte de los pigmentos de tu baño de color. Y claro, lavado tras lavado, notas que el tono se apaga mucho antes de lo que te gustaría.


La solución es bien sencilla: pásate al equipo de los productos específicos para pelo teñido.


  • Champús sin sulfatos: Busca fórmulas suaves que limpien el cabello sin "decapar" el color. Son mucho más respetuosos y te ayudan a conservar la intensidad de los pigmentos por más tiempo.

  • Acondicionadores que protegen el color: Después del champú, usa siempre un acondicionador diseñado para sellar la cutícula. No solo te ayudará a desenredar, sino que creará una especie de escudo protector que encapsula el color.


Un buen dúo de champú y acondicionador es la base de todo. Considéralo una inversión directa en la duración de tu color, una forma de asegurarte de que cada lavado suma en lugar de restar.

Pequeños gestos que marcan una gran diferencia


Más allá de los productos que llenan tu estantería del baño, la forma en que tratas tu pelo en el día a día tiene un impacto brutal en la duración de tu baño de color de pelo. Incorpora estos pequeños trucos y verás cómo la intensidad de tu tono se prolonga varias semanas.


Un truco de profesional: baja la temperatura del agua. El agua muy caliente es como abrirle la puerta de par en par a la cutícula, dejando que los pigmentos se escapen. Lávate el pelo con agua tibia y, si te atreves, date un último aclarado con agua fría. Tu pelo te lo agradecerá sellando la cutícula.


Además, espaciar los lavados es clave. No es necesario lavarse el pelo a diario. Si notas que necesita un toque fresco, el champú en seco se convertirá en tu mejor amigo. Absorbe la grasa y da volumen sin tener que mojar el pelo.


Hidratación y protección son tus mejores aliados


Un pelo sano es un pelo que se aferra al color. Por eso, la hidratación es tu misión principal. Un cabello bien hidratado tiene la fibra capilar flexible y la cutícula lisa y compacta. En cambio, una melena deshidratada es más porosa y, por tanto, "escupe" el color mucho más rápido.


Añade a tu agenda una rutina de hidratación profunda:


  1. Mascarilla semanal: Reserva un día a la semana para un momento de spa capilar. Aplica una buena mascarilla nutritiva, específica para pelo teñido, y déjala actuar el tiempo que indique el envase para que sus activos penetren bien.

  2. Protección térmica siempre: Si eres de secador, plancha o tenacillas, el protector térmico no es negociable. Es un paso que no te puedes saltar. El calor directo es uno de los peores enemigos del color, ya que degrada los pigmentos y reseca el cabello a una velocidad de vértigo.

  3. Cuidado con el sol y el cloro: En verano o si eres de las que va a la piscina, protege tu melena como si fuera oro. Los rayos UV y el cloro son capaces de alterar y desvanecer tu color por completo. Un sombrero o un producto capilar con filtro UV harán maravillas.


Poner en práctica estos consejos te ayudará a disfrutar de un color luminoso y vibrante durante mucho más tiempo. Y si quieres convertirte en una auténtica experta, te recomendamos echar un vistazo a nuestra guía completa sobre [cómo cuidar el pelo teñido con tips esenciales](https://www.mirikbeauty.com/post/como-cuidar-el-pelo-teñido-tips-esenciales), donde desvelamos aún más secretos para una melena de revista.


Resolvemos tus dudas sobre el baño de color



Aunque ya hemos visto todas sus ventajas y cómo funciona, es completamente normal que todavía te queden algunas preguntas en el tintero. El baño de color de pelo es una técnica con muchos matices y, al final, cada melena es un mundo.


Por eso, he reunido las dudas más comunes que escuchamos cada día en el salón. La idea es responderlas de forma clara y directa para que tengas toda la información que necesitas y puedas decidir con total confianza si es para ti. ¡Vamos a ello!


¿De verdad cubre las canas?


Esta es, sin duda, la pregunta del millón. Y la respuesta rápida es que no las cubre como un tinte, pero la magia está en cómo las trata. Un baño de color no busca una cobertura opaca y total. Lo que hace es "maquillar" las canas.


Piensa en tus canas como si fueran hilos de plata en una tela. El baño de color las envuelve con un velo de color translúcido, consiguiendo que se integren de una forma súper natural con el resto del pelo. El resultado es un efecto de reflejos sutiles, lleno de dimensión y movimiento.


Es la solución ideal si tienes hasta un 30-40% de canas y buscas un acabado discreto y elegante, no un color plano. Si tu objetivo es una cobertura del 100%, entonces sí, el tinte permanente es tu mejor opción.


¿Puedo usarlo para aclarar mi pelo?


Aquí la respuesta es un no rotundo, y es una de sus grandes diferencias con la coloración tradicional. El baño de color de pelo no tiene la capacidad de aclarar porque su fórmula no lleva amoníaco ni los agentes oxidantes potentes necesarios para ello.


Su trabajo consiste en depositar pigmentos sobre la parte exterior del cabello, no en modificar su estructura interna. Esto significa que con un baño de color puedes:


  • Mantener tu tono actual, pero dándole un chute de brillo y vida.

  • Añadir reflejos para enriquecer tu color base (toques cobrizos, miel, ceniza...).

  • Oscurecer tu melena uno o dos tonos.


Si lo que buscas es pasar de morena a rubia o aclarar tu base natural, necesitarás un proceso diferente, como una decoloración o un tinte permanente. El baño de color está pensado para embellecer y potenciar el tono que ya tienes.

¿Cada cuánto tengo que retocarlo?


Una de las maravillas de este servicio es lo poco que te ata. Como el color se va yendo de forma muy suave con los lavados, no te vas a encontrar con el temido "efecto raíz" que te obliga a pedir cita en la peluquería de urgencia.


Por lo general, el color se mantiene bonito y vibrante durante unas 4 a 6 semanas. La duración exacta siempre dependerá de lo poroso que sea tu cabello y de cómo lo cuides en casa. La mayoría de nuestros clientes vuelve cada mes y medio o dos meses para mantener el tono fresco y el brillo a tope.


¿Este tipo de coloración daña el pelo?


Todo lo contrario. Es una de las opciones más respetuosas que existen para tu melena. Al no llevar amoníaco, no abre la cutícula de forma agresiva y mantiene la fibra capilar mucho más sana. De hecho, lo más normal es que notes el pelo más suave y con más cuerpo justo después del tratamiento.


Ahora bien, no deja de ser un proceso químico. Si tu pelo está muy, muy dañado o es extremadamente poroso, cualquier coloración puede dejarlo un poco más sensible. Por eso es clave no descuidar la hidratación. Si te preocupa la salud de tu melena, echa un vistazo a nuestra guía sobre [cómo recuperar pelo dañado con 5 pasos esenciales](https://www.mirikbeauty.com/post/como-recuperar-pelo-dañado-5-pasos-esenciales), te dará las claves para mimarlo como se merece.


¿Y si ya llevo mechas u otros tratamientos?


¡Es perfectamente compatible! De hecho, no solo es compatible, sino que es una combinación ganadora que los estilistas recomendamos constantemente. El baño de color es el aliado perfecto para cabellos con trabajos técnicos previos.


Se usa muchísimo para:


  • Matizar mechas: Es la herramienta ideal para refrescar o corregir el tono de unas mechas. Por ejemplo, ayuda a neutralizar esos reflejos amarillos o anaranjados que a veces aparecen en los rubios, devolviéndoles un acabado más frío o natural.

  • Reavivar un tinte: Si llevas un tinte permanente y notas que de medios a puntas ha perdido intensidad, un baño de color devuelve la vida al tono sin necesidad de volver a aplicar un tinte agresivo en todo el cabello.

  • Aportar brillo después de un alisado: Tras un tratamiento de queratina, el pelo a veces puede quedar un poco mate. Un baño de color le devuelve al instante toda la luminosidad.


Como ves, lejos de ser un problema, el baño de color es una solución increíblemente versátil para tener un color impecable y un pelo sano y brillante.



En Mirik Beauty, sabemos que cada melena es única. Nuestro equipo de especialistas está aquí para asesorarte y encontrar el tratamiento de color que mejor resalte tu belleza natural con ese toque de lujo que te mereces.



 
 
 

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