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Cómo saber mi tono de piel fácilmente y en pocos pasos

Seguro que alguna vez te has preguntado por qué una base de maquillaje que parecía perfecta en la tienda se ve extraña al llegar a casa. Saber tu tono de piel (si es clara, media u oscura) es bastante intuitivo, pero el verdadero secreto para acertar siempre está en el subtono.


Este matiz de fondo, que puede ser cálido, frío o neutro, es el que de verdad dicta qué colores de maquillaje, ropa e incluso tintes de pelo te sientan como un guante.


Descubre tu tono y subtono de piel sin complicaciones


Entender la diferencia entre tono y subtono es el primer paso para dominar tu paleta de colores personal. Piénsalo así: el tono es el color superficial de tu piel, lo que ves a simple vista y que puede cambiar un poco si te bronceas en verano. El subtono, en cambio, es ese matiz sutil que se mantiene siempre, como un lienzo de fondo.


Distinguir entre ambos te dará el poder de elegir productos que se fundan con tu piel de forma impecable. Es la clave para decir adiós a esas bases que acaban viéndose grises, anaranjadas o, sencillamente, "raras" sobre tu rostro.


La importancia del subtono


Aunque no es algo que salte a la vista, el subtono es el factor decisivo. Influye muchísimo en cómo los colores interactúan contigo. ¿Alguna vez has sentido que un color te "apaga" o no te hace justicia? Lo más probable es que no armonice con tu subtono. Conocerlo te da una ventaja increíble, no solo con el maquillaje, sino también con la ropa o los accesorios.


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Como ves en la imagen, los subtonos cálidos y neutros son los más habituales, pero identificar el tuyo es más fácil de lo que parece con unos trucos caseros que te contaré más adelante.


Consejo clave: No caigas en el error de asociar el tono con el subtono. Una persona de piel muy oscura puede tener un subtono frío, y alguien con la piel muy clara puede tener uno cálido. ¡No tienen nada que ver!

Para ayudarte a tenerlo todo más claro, aquí tienes una tabla resumen con los indicadores más comunes.


Guía rápida de tonos y subtonos de piel


Esta tabla te servirá como una chuleta visual para comparar las características clave y empezar a identificar a qué grupo perteneces.


Indicador

Subtono Frío (Cool)

Subtono Cálido (Warm)

Subtono Neutro (Neutral)

Color de las venas

Azuladas o moradas

Verdosas u oliva

Mezcla de azul y verde

Reacción al sol

Te quemas fácilmente, apenas te bronceas

Te bronceas con facilidad, rara vez te quemas

Te quemas al principio, pero luego te bronceas

Metales que te favorecen

Plata, oro blanco, platino

Oro amarillo, cobre, bronce

Te sientan bien tanto la plata como el oro

Ropa blanca o cruda

El blanco puro te ilumina

El blanco roto o crudo te favorece más

Ambos tipos de blanco te sientan bien


Fíjate en estos detalles la próxima vez que te mires al espejo con luz natural. Son pistas muy fiables que te guiarán directamente a tu subtono.


Conocer tu piel a fondo no solo te ayuda a elegir el maquillaje perfecto, sino también a cuidarla mejor. De la misma manera, si quieres entender mejor tus facciones, te puede interesar nuestra guía rápida para descubrir qué tipo de rostro tienes.


El truco de las venas, un método que no falla


Seguro que lo has oído mil veces, pero es que funciona. Uno de los trucos más clásicos y fiables para empezar a desentrañar el misterio de tu subtono es, simplemente, echar un vistazo a la cara interna de tu muñeca. Es un gesto rápido que los maquilladores profesionales llevan usando toda la vida, y por algo será.


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La piel en esta zona es más fina y traslúcida que en otras partes del cuerpo, por lo que el color de tus venas se transparenta con mucha más claridad. Y ese color es una de las pistas más directas para conocer el matiz de fondo de tu piel, tu subtono, esa clave que lo cambia todo a la hora de elegir una base de maquillaje.


Descifra el color de tus venas


Antes de nada, un consejo fundamental: hazlo con luz natural. Acércate a una ventana bien iluminada, porque la luz artificial de una bombilla puede engañar a la vista y alterar por completo los colores que ves.


Ahora sí, mira tu muñeca con atención. La cosa suele estar bastante clara:


  • ¿Tus venas tiran a azul o morado? Si las ves claramente azuladas, tu subtono es frío. Esto explica por qué te quedan de maravilla los labiales fucsia, los rojos con base azulada como el frambuesa y, en general, los tonos joya.

  • ¿Se ven más bien verdes o color oliva? En ese caso, tienes un subtono cálido. Los colores con base amarilla son tus grandes aliados: los tonos tierra, los dorados, los naranjas y los verdes militares te harán resplandecer.

  • ¿No lo tienes claro? ¿Parecen una mezcla? Si te cuesta horrores decidir si son azules o verdes, o ves un poco de todo, ¡enhorabuena! Lo más probable es que tu subtono sea neutro. Esto te da una flexibilidad increíble, ya que la mayoría de los colores te sientan bien.


Este pequeño gesto te da la pieza más importante del puzle. El subtono es el verdadero responsable de que ciertos colores te iluminen la cara al instante, mientras que otros te dejan un aspecto apagado o cetrino.

Una vez que tienes esto claro, todo cambia. Ya no vas a ciegas probando colores. Empiezas a elegir de forma inteligente, buscando gamas que armonicen con la base natural de tu piel. Este pequeño descubrimiento transformará la forma en que compras maquillaje y ropa, garantizando que siempre elijas lo que de verdad te favorece.


Cómo reacciona tu piel al sol


La forma en que tu piel se comporta después de un día de playa o una tarde en una terraza dice mucho más que si consigues o no un bronceado bonito. De hecho, esta reacción es una de las pistas más claras y fiables para descubrir tu tono de piel y, sobre todo, para entender qué tipo de protección necesita.


Piénsalo un momento. ¿Qué le pasa a tu piel cuando la expones al sol? Su respuesta es un indicador directo de la cantidad de melanina que tiene.


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Los dermatólogos, de hecho, usan una herramienta llamada Escala de Fitzpatrick para clasificar los tipos de piel según su respuesta a la radiación UV. Esta clasificación, conocida como fototipo, es clave no solo para la salud, sino también para ayudarte a acertar con productos como la base de maquillaje o un protector solar con color.


Identifica tu fototipo


Analizar tu propia experiencia bajo el sol te dará la respuesta. No se trata solo de quemarse o broncearse, sino de los matices. ¿Con cuál de estas descripciones te sientes más identificada?


  • Fototipos I y II: Si tu piel se pone roja casi con solo mirar al sol y broncearte es prácticamente una misión imposible, este es tu grupo. Tienes muy poca melanina, así que la protección solar máxima y constante no es una opción, es una obligación.

  • Fototipos III y IV: Aquí encaja una gran parte de la población mediterránea. Te quemas si te descuidas, pero con una exposición gradual y controlada, tu piel coge un tono dorado o moreno muy favorecedor. En España, los fototipos más habituales son el III (piel clara intermedia) y el IV (piel olivácea), que representan al 30% y 25% de la población respectivamente. Puedes descubrir más sobre la increíble diversidad de tonos de piel en esta completa guía.

  • Fototipos V y VI: Tu piel se broncea con muchísima facilidad y casi nunca (o nunca) se quema. Tienes una alta concentración de melanina, lo que te da una protección natural bastante potente. Ojo, esto no significa que puedas prescindir del protector solar; sigue siendo fundamental para prevenir el fotoenvejecimiento y daños a largo plazo.


Conocer tu fototipo es, en el fondo, un acto de autocuidado. Te da el poder de elegir el SPF adecuado y de entender los límites de tu piel, evitando esas quemaduras que no solo son dolorosas, sino que aceleran el envejecimiento y aumentan los riesgos para tu salud.

Este conocimiento va mucho más allá de elegir el maquillaje correcto; es una herramienta para cuidar tu piel con inteligencia. La próxima vez que tomes el sol, fíjate en tu piel no solo para ver el color que coge, sino para entender cómo se está defendiendo.


La prueba definitiva con tus joyas y tu ropa


Si los trucos anteriores te han dado algunas pistas pero todavía no lo tienes claro del todo, la respuesta definitiva podría estar esperándote en tu joyero y en tu armario. Este es un truco visual, casi un juego de espejos, que los asesores de imagen usan constantemente para ver qué paleta de colores hace que una persona simplemente brille.


No necesitas ser una experta, solo un espejo, buena luz natural y un par de minutos. La clave está en que ciertos metales y colores de ropa interactúan con tu piel de formas muy distintas, creando una armonía que te ilumina o, por el contrario, un contraste que te apaga. Es una de las pruebas más fiables para salir de dudas.


El test de los metales: ¿oro o plata?


Empecemos por el que, para mí, es el método más revelador. Coge un collar o unos pendientes de plata y otros de oro amarillo. No hace falta que sean joyas de valor, con que el color del metal esté bien definido es suficiente. Ahora, acércalos a tu rostro, uno a uno, y fíjate bien en el efecto que producen sobre tu piel.


  • Si la plata te ilumina, haciendo que tu piel parezca más fresca, radiante y saludable, tu subtono es frío.

  • Si es el oro el que te da vida, aportando un brillo cálido y haciendo que tus rasgos resalten, tu subtono es cálido.

  • ¿Sientes que ambos te quedan genial? ¡Qué suerte! Si te cuesta decidirte porque tanto el oro como la plata te sientan bien, lo más probable es que tengas un subtono neutro. Esto te da una versatilidad increíble.


Este simple gesto es una de las formas más directas y visuales para conocer tu subtono. La reacción es casi instantánea y muy evidente, sobre todo si lo haces cerca de una ventana.

Tu armario tiene la última palabra


Ahora, vamos a llevar este mismo concepto a tu ropa. Piensa un momento en esas prendas con las que siempre recibes cumplidos. ¿Hay algún color que la gente te diga que te sienta especialmente bien? Esos colores suelen estar en sintonía con tu subtono natural.


Por ejemplo, las personas de subtono frío suelen resplandecer con colores como el azul royal, el fucsia o el verde esmeralda. En cambio, las de subtono cálido se ven espectaculares con tonos tierra, naranjas, verdes oliva o un bonito coral.


Una vez que identificas tu paleta, elegir ropa se convierte en un proceso mucho más intuitivo y acertado. Pero no solo eso, este conocimiento es oro puro para otros aspectos de tu imagen, como elegir el tinte perfecto. Si este tema te interesa, aquí te contamos cómo saber qué color de pelo te favorece usando estas mismas pistas.


Para que te sirva de guía rápida, hemos creado una tabla que resume qué metales y colores van mejor con cada subtono.


Colores y metales que favorecen tu subtono


Subtono de Piel

Metales que te favorecen

Paleta de colores ideal

Frío

Plata, oro blanco y platino

Azules, fucsias, morados, verdes botella, blanco puro.

Cálido

Oro amarillo, cobre y bronce

Naranjas, terracotas, verdes oliva, corales, blanco roto.

Neutro

¡Todos te sientan bien!

Tienes una amplia gama de ambos espectros, aunque es normal que te inclines un poco más hacia uno.


Tener esta chuleta a mano puede ser un antes y un después a la hora de comprar ropa, maquillaje o, simplemente, entender por qué ciertas cosas te sientan de maravilla.


Cómo usar este conocimiento para comprar tu maquillaje


Ahora que has desentrañado el misterio de tu piel, llega la parte divertida: entrar en una tienda de maquillaje sintiéndote como una auténtica experta. Conocer tu tono y, sobre todo, tu subtono, es el superpoder que necesitas para elegir productos que se fusionen contigo, consiguiendo ese acabado de «segunda piel» que todas buscamos.


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Lo primero es aprender a descifrar el lenguaje de las etiquetas. Por suerte, la mayoría de las marcas profesionales nos lo ponen fácil con códigos que indican el subtono:


  • C (Cool): Indica subtonos fríos, así que busca bases con un matiz rosado.

  • W (Warm): Son para subtonos cálidos, con pigmentos más amarillos o dorados.

  • N (Neutral): Perfectas si eres neutra, ya que son una mezcla equilibrada de ambos.


Estos pequeños detalles son tu mapa del tesoro. Te ayudarán a ir directa a las bases que tienen más probabilidades de funcionar, ahorrándote mucho tiempo y frustración.


El truco profesional para una prueba que no falla


Por favor, olvídate de probar la base en la mano o la muñeca. Es un error de principiante que veo constantemente. El tono de esa zona casi nunca coincide con el de tu rostro, ¡piensa en lo expuesta que está al sol! Los maquilladores profesionales tenemos un método mucho más fiable.


El lugar ideal para probar la base es en la línea de la mandíbula, difuminando un poco hacia el cuello. ¿Cómo saber cuál es la correcta? Es muy sencillo: la base perfecta es la que desaparece, la que se integra tan bien que no se nota dónde empieza ni dónde acaba.

Mi consejo es que apliques una pequeña línea de dos o tres tonos que parezcan los adecuados. Y lo más importante: sal a la luz natural para comprobarlo. La iluminación de las tiendas engaña muchísimo. Un minuto en la calle te dirá la verdad sobre cómo se ve realmente el color.


Errores que todas hemos cometido (y cómo evitarlos)


Dar con la base de maquillaje ideal cambia por completo el resultado final, sobre todo a medida que nuestra piel madura y sus necesidades cambian. Si quieres trucos específicos para esta etapa, te recomiendo echar un vistazo a los consejos de maquillaje natural para piel madura que te ayudarán a conseguir un aspecto fresco y luminoso.


Uno de los fallos más típicos es coger un tono demasiado oscuro por miedo a verse «muy pálida». El resultado suele ser un antiestético efecto máscara. Es mucho mejor elegir un tono que se funda a la perfección con tu piel y, si quieres, añadir calidez y dimensión después con un toque de bronceador o colorete.


Recuerda siempre esto: la función de la base no es darte color, sino unificar el tono y corregir pequeñas imperfecciones. Con estos trucos bajo la manga, estás mucho más cerca de encontrar tu media naranja en el mundo del maquillaje.


Resolvemos tus últimas dudas para dar con tu tono de piel


Incluso después de jugar a los detectives con tus venas, tus joyas y tu reacción al sol, es totalmente normal que todavía tengas alguna duda. No te preocupes, es el último empujón para que te sientas segura al cien por cien eligiendo los colores que de verdad te sientan bien. Vamos a aclarar esas preguntas que casi siempre surgen en este camino de autodescubrimiento.


Entender bien estos detalles es lo que marca la diferencia entre un look bueno y un look espectacular.


¿Es normal que mi tono de piel cambie durante el año?


Sí, ¡y tanto que lo es! El tono superficial de tu piel, o sea, lo clara u oscura que la ves, cambia con el sol. A casi todas nos pasa: en verano necesitamos una base de maquillaje uno o dos tonos más oscura que en pleno invierno.


Lo que es importante que sepas es que tu subtono nunca cambia. Ese matiz de fondo —frío, cálido o neutro— es parte de ti, es innato. Por eso, aunque en agosto uses una base más oscura, tendrá que respetar ese subtono original (W, C o N). Así te aseguras de que el acabado sea natural y no te veas naranja o con un toque grisáceo.


Piensa en esto: tu subtono es el color de fondo permanente de tu lienzo, mientras que el tono es la capa superficial que va cambiando con las estaciones. Esta es la clave del éxito para acertar siempre.

¿Y si los trucos caseros me dan resultados que no cuadran?


Si has hecho la prueba de las venas y la de las joyas y te has quedado igual que al principio, ¡no desesperes! Que no lo tengas claro es, en realidad, una pista enorme. Lo más probable es que tu subtono sea neutro.


Las pieles con subtono neutro tienen una mezcla muy equilibrada de pigmentos fríos y cálidos. Por eso te queda bien tanto la plata como el oro, y por eso tus venas no son claramente verdes ni azules. Míralo por el lado bueno: ¡eres una afortunada! Tienes una versatilidad increíble para jugar con una paleta de colores mucho más amplia que el resto.


El color de mi cara no es igual que el de mi cuerpo, ¿qué hago?


Tranquila, esto nos pasa a la inmensa mayoría. La cara está mucho más expuesta al sol y al aire, por lo que es súper habitual que tenga un tono un poquito distinto al del cuello o el escote.


Aquí va el consejo de oro de cualquier maquillador profesional: elige siempre una base que se funda perfectamente con el color de tu cuello y tu escote. Es la única forma de garantizar una transición natural y evitar ese antiestético "efecto máscara" que a nadie le gusta.


¿Cómo lo compruebas? Aplica un poco de producto justo en la línea de la mandíbula y difumínalo hacia abajo, hacia el cuello. El tono correcto es ese que, literalmente, desaparece y se integra con tu piel sin dejar rastro.



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